La visión de un operador clave del coche eléctrico en España siempre es enriquecedora por su conocimiento del ecosistema y de los problemas que siguen existiendo. Se avanza, pero más lento de lo que nos gustaría como clientes o empresas.
Para Álvaro Cantero, CEO de Wenea, el verdadero problema del vehículo eléctrico en España no está en los usuarios ni en la tecnología: “el ecosistema necesita apoyo. Las ayudas son generadoras de un círculo virtuoso que dinamiza la inversión y acelera el desarrollo de la tecnología, la implantación de la infraestructura y la compra de vehículos, que son los ingredientes para esta transformación tan necesaria”.

Pero no solo se refiere el máximo mandatario de Wenea a ayudas monetarias. Cantero lo tiene claro: desplegar una estación de recarga ultrarrápida en España puede llevar más de dos años solo en permisos. “Tienes que lidiar con licencias municipales, trámites autonómicos, permisos estatales si estás cerca de una carretera nacional… Es un laberinto administrativo que no se ha resuelto”, afirma.
Wenea es uno de los operadores de infraestructura de recarga más activos del país. Su red se centra en estaciones de carga rápida y ultrarrápida, con potencias de hasta 360 kW, que permiten cargar un coche eléctrico en apenas 15 minutos. Además, muchas de sus nuevas instalaciones incorporan energía solar fotovoltaica y almacenamiento local, para ofrecer una recarga más sostenible y eficiente. En el marco del programa MOVES Singulares II, Wenea está desplegando 12 estaciones estratégicas a lo largo de los principales corredores nacionales. Son proyectos complejos, con más de 20 puntos por ubicación, pensados para facilitar la transición hacia una movilidad libre de emisiones en los trayectos de largo recorrido.

Uno de los términos más repetidos en cualquier foro sobre electrificación al que acudimos es colaboración público-privada. Cantero nos lo aterriza: “Lo importante es si te ceden suelo público para construir estaciones, si los trámites son razonables y si las ayudas funcionan”. El CEO de Wenea lamenta que, en la práctica, los concursos municipales pueden llegar a priorizar el precio del suelo frente a la viabilidad del proyecto. “Eso termina encareciendo la recarga, porque al final ese sobrecoste se traslada al usuario”, advierte.
En cuanto a los incentivos, cree que planes como MOVES III y MOVES Singulares han sido útiles, pero también poco flexibles. “Cuando movilizas inversiones por más de 65 millones de euros, como en nuestro caso, no puedes tener un calendario cerrado e inflexible”, explica.
Wenea se posiciona como una empresa ágil, con una visión clara del cliente. Su lema, charging everywhere, resume el enfoque: ofrecer carga allí donde el conductor la necesite. No solo en grandes estaciones, sino también en centros comerciales, parkings urbanos o aceras de ciudad. Cantero destaca que la experiencia del cliente es su principal obsesión. “Queremos que recargar un coche eléctrico sea algo tan natural como parar a repostar. Y si no llegamos con nuestra red, lo haremos con acuerdos de interoperabilidad o con soluciones digitales accesibles”, dice. De hecho, la aplicación de Wenea ya permite gestionar la carga, pagar, localizar puntos disponibles y usar otras redes compatibles. “El usuario quiere facilidad. Y eso es lo que ofrecemos”, añade.

Y para finalizar, Cantero nos lanza una reflexión personal. Lleva conduciendo coche eléctrico desde 2018, y recorre más de 50.000 km al año. “No hay vuelta atrás. Es más cómodo, más barato, más silencioso. Cuando lo pruebas, no vuelves”, afirma.
Y añade algo clave para cualquier escéptico: la experiencia del usuario ya es comparable —o mejor— que la de un coche de combustión. “Salvo casos muy puntuales, hoy puedes moverte por toda España con seguridad, y recargar sin complicaciones. Esa es la realidad que hay que comunicar”, concluye.