En 1953 nació uno de los deportivos americanos más populares de la historia: el Chevrolet Corvette. Desde entonces, General Motors ha lanzado siete generaciones de este supercoche con motor delantero y propulsión trasera, sin embargo, todo ha cambiado con la octava entrega. Y es que el Chevrolet Corvette C8 es el primer integrante de esta saga que apuesta por un esquema de motor central y tracción trasera.
No es la primera vez que el fabricante americano coquetea con esta idea, de hecho, hay varios prototipos que podrían haberse convertido en el primer Corvette con el propulsor situado entre los ejes delantero y trasero, como el CERV III Concept de 1990 que, como su propio nombre indica –Chevrolet Engineering Research Vehicle– era un proyecto que estudiaba la posibilidad de cambiar el planteamiento del Corvette, aunque nunca llegó a materializarse en un modelo de producción.
Casi 30 años después, el Corvette de motor central ha llegado y, gracias a esta configuración, promete ser el más rápido de la historia. Su diseño sigue siendo inconfundible, aunque las proporciones han cambiado –a la fuerza– para dejar hueco al motor justo detrás de los asientos; el techo, por su parte, es de tipo targa. El bloque escogido para dar vida al nuevo icono americano es un V8 de 6.2 litros con distribución variable y un sistema de desconexión de cilindros para ahorrar combustible y reducir emisiones cuando no sea necesario pisar a fondo el pedal derecho.
495 CV y algo más de 1.500 kg
Este bloque es 100% nuevo y desarrolla 495 CV a 6.450 rpm, así como 637 Nm de par a 5.150 vueltas, siempre ayudado de una transmisión automática de doble embrague con ocho velocidades. Gracias a ello, este biplaza de 4,63 m de largo y 1.530 kg de peso será capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos, al menos con el paquete opcional Z51 Performance Package, que añade, entre otras cosas, un escape de alto rendimiento, frenos más potentes o llantas específicas calzadas en neumáticos Michelin Pilot Sport 4S en medidas 245/35 ZR19 delante y 305/30 ZR20 detrás.
Más allá de ser el Corvette más rápido de la historia, promete ser igual de práctico que sus predecesores, de hecho, está completamente equipado y cuenta con un maletero con 356 litros de volumen, es decir, algo más grande que el del Seat Ibiza.
Por dentro, se podrá escoger entre varios asientos deportivos, distintas tapicerías y combinaciones de colores; la instrumentación es completamente digital y una pantalla táctil central de grandes dimensiones permitirá gestionar el sistema de infoentretenimiento y varias funciones del vehículo, mientras que en la consola central está repleta de botones para controlar el climatizador o la calefacción de las butacas.