La tercera generación del Citroën C3, modelo que nació en 2002, ofrece un cambio radical respecto a la segunda, si bien hereda su plataforma, aunque convenientemente alargada para ofrece 75 mm más de batalla que se traducen en 22 mm más de espacio para las piernas de los ocupantes traseros. Estéticamente, recuerda mucho al Citroën C4 Cactus por la adaptación de los Airbumps, aunque en el Citroën C3 son opcionales y van colocados en una posición más baja. La carrocería mide 3,99 metros de largo, es decir, 5 cm más que la que sucede y permite combinar nueve colores de carrocería y tres para el techo. Asimismo, hay otros elementos estéticos que recuerdan a otros modelos de la marca, como el frontal o el salpicadero.
En Barcelona, Citroën nos dispuso de dos motorizaciones, ambas de gasolina, y con 82 CV y 110 CV respectivamente, esta última asociada a la caja de cambio automático EAT6. Probamos ambas, pero nos centramos en la primera dado que es la que más éxito comercial acaparará.
Citroën C3 2017: interior
La postura de conducción es bastante buena, con un volante ampliamente regulable y de adecuada inclinación. Sin embargo, el asiento es tan blando que no ofrece una sujeción lateral demasiado buena. La propia Citroën destaca que es un tipo de asiento sofá effect y tiene su lógica porque es muy blandito y confortable, aunque de cara a la conducción, sobre todo si hay curvas pronunciadas, no nos parece el tipo de butaca más adecuada. Por dentro, otras cosas que destacan son la pantalla central táctil, de funcionamiento muy similar a la del Citroën C4 Cactus, y la cámara frontal ConnectedCam, ubicada por delante del retrovisor central y opcional por 500 euros de sobrecoste. Su particularidad es que, bajo el espejo, hay un botón que permite realizar fotos y vídeos de lo que desees. Una pulsación corta realiza una fotografía, mientras que una larga graba un vídeo de 20 segundos. Todo lo captado por la cámara se almacena en un disco duro de 16 Gb que puedes descargar en tu smartphone a través de la aplicación ConnectedCam Citroën. Además, la cámara no sólo funciona bajo pulsación: en caso de accidente, almacena los 30 segundos previos y los 60 posteriores. En cuanto a la calidad de materiales, resulta bastante competente. Todo son plásticos duros, pero de buen ajuste y apariencia. Además, hay cuatro ambientes estéticos para el interior (el de serie y tres opcionales).
Citroën C3 2017: comportamiento
En marcha, el Citroën C3 es un coche cómodo y muy bien insonorizado. El motor 1.2 de tres cilindros y 82 CV tiene una respuesta bastante agradable, si bien no es muy brillante en prestaciones, limitando un poco su uso en trayectos largos. Acelera de 0 a 100 km/h en 14,9 segundos pero, a cambio, en la práctica es fácil rondar consumos de en torno a 5,7 l/100 km, lo cual está bastante bien. Eso sí, en ciudad se siente mucho más competente. El cambio es manual de cinco velocidades y la suspensión resulta notablemente blanda, pero eficaz a la hora de absorber regularidades. Por su parte, la dirección es ideal para ciudad, con lo bueno y lo malo que eso implica: es precisa muy asistida (lo cuál resulta muy cómodo y agradable)? pero podría ser un poco más informativa fuera de la ciudad.
En cuanto a los aspectos prácticos, las plazas traseras siguen sin ser de las mejores de su categoría. Es cierto que es más amplio que su predecesor, pero no es suficiente, sobre todo en lo que respecta a altura y espacio para las piernas. No obstante, para niños o personas de baja estatura son más que válidas. En lo que sí destaca y mucho este nuevo Citroën C3 es en la cantidad de huecos portaobjetos que tienes en el habitáculo, destacando su enorme guantera de 6,25 litros. Por otro lado, el maletero no crece respecto al de su antecesor, pero con 300 litros sigue resultando muy bueno para el segmento de los urbanos. El Citroën C3 ya se encuentra a la venta y, asociado al motor 1.2 PureTech de 82 CV y al acabado intermedio Feel, está disponible por unos muy razonables 13.500 euros.
