El Opel Zafira de primera generación, lanzado en 1999 y basado en el Opel Astra de la época, fue un éxito comercial rotundo. En una carrocería muy compacta encerraba un habitáculo para siete pasajeros y una tercera fila de asientos independientes que se guardaban bajo el piso del maletero fácil y rápidamente dejando, una superficie plana en el maletero. Esto, que hoy en día es algo totalmente corriente, en su momento fue una original idea.
Un par de años después, en el Salón de Ginebra de 2001, Opel presentaba el Zafira OPC. Desarrollado por los especialistas de Opel Performance Center, este Zafira atómico equipaba el propulsor 2.0 turbo de 192 CV que ya empleaba el Astra Coupé.

El cambio era manual de cinco velocidades y también equipaba suspensión deportiva, frenos sobredimensionados, asientos Recaro y un kit de carrocería con faldones y paragolpes específicos, además de llantas de 17″ en neumáticos 225/45 R17.
Con este motor de 192 CV y 250 Nm, el Zafira OPC podía acelerar de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y alcanzar 220 km/h de velocidad punta, convirtiéndose en el monovolumen más rápido a la venta en Europa. Gastaba bastante, eso sí, homologando un consumo de 10,1 L/100 km. Pero por un precio de 28.620 euros no había forma más molona y entusiasta de llevar a la familia.

Aparte de los asientos Recaro, en el interior había una instrumentación con fondo blanco, pedales de aluminio… Realmente no había nada igual en el mercado. El departamento OPC colocó frenos más grandes, recalibró los controles de tracción y estabilidad y puso una dura suspensión que enfatizó el carácter deportivo del coche, aunque mermando claramente su confort de rodadura.
Pero el Zafira OPC era la solución para el padre de familia que necesitaba un vehículo familiar y no quería renunciar a un moderado toque deportivo. Digo moderado porque el Zafira OPC era de largo el monovolumen más dinámico del mercado, pero no era un automóvil en absoluto radical, ni por comportamiento, ni por postura de conducción, ni en realidad por nada. El Zafira OPC conservó las siete plazas, los 600 litros de maletero (150 litros con las siete plazas en uso).

En 2003 recibió una pequeña actualización donde lo más destacable es que la potencia se incrementó hasta los 200 CV, aunque no se tradujo en algo demasiado palpable en la carretera. Finalmente, fue descatalogado en 2005, algunos meses antes de que llegara la segunda generación del Zafira, que también dispuso de una variante OPC, en este caso con 240 CV de potencia.
¿Quieres uno? La verdad es que el Zafira OPC se vendió razonablemente bien para tratarse de un bicho tan raro, especialmente en Alemania. Aquí, en España, no puedes encontrar muchos y los que localices tendrán bastantes kilómetros. Sin embargo, no se venden a un precio prohibitivo: entre 7.000 y 11.000 euros.
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