Muchos, sobre todo los talibanes del eléctrico, me acusarán de estar creando una opinión contraria al coche eléctrico. No es verdad. Simplemente, doy mi opinión sobre por qué su implantación está siendo tan problemática. El objetivo no es que la gente no se los compre, es analizar las cosas por las que, desde mi punto de vista, no lo hacen.
Es posible que el coche eléctrico sea el coche del futuro. Pero, a día de hoy es una alternativa, como lo es el híbrido, el diésel o el gasolina. Cada uno con sus ventajas e inconvenientes. Se trata de saber cuál de ellos te interesa más. Eso no es odio al coche eléctrico, es analizar la realidad desde mi punto de vista.
Aquí os dejo los enlaces de las dos entradas anteriores sobre este asunto. La primera trata sobre el coche eléctrico es sí; la segunda, sobre las recargas.
Uno de los aspectos clave a la hora de comprar un coche es el dinero que tengamos para adquirirlo. Si nos fijamos en el sueldo medio de los españoles, en 2023 la media es de 1.806 euros al mes netos. Eso sí, hablamos de la media, porque según El Economista, en España en la actualidad hay 15 millones de mileuristas.
Pues bien, eso significa que tenemos una cantidad de dinero con la que debemos afrontar una serie de gastos fijos al mes. Estamos todos de acuerdo, ¿no? Pues bien, si tenemos en cuenta que los tipos de interés han subido una barbaridad en el último año y que las hipotecas tienen un Euribor del 4,5%, y que eso ha acarreado que a una familia media la hipoteca le haya subido al mes entre 200 y 300 euros a lo que ya pagaban, nos encontramos con que es probable que sólo ese préstamo se pueda llevar incluso más del 50% de nuestra nómina.
Pero aún hay más. El IPC está disparado, y todos somos conscientes de que, con un 2,%% de media de subida, hacer la compra o repostar en la gasolinera nos supone un buen pico más al mes.
Pero hay más. Que la media de edad del parque automovilístico español sea de casi 14 años de antigüedad, y subiendo, es una clara muestra de que no es el momento ideal para cambiar de coche. No es nada difícil ir por la calle y encontrarse coches con matrícula B, C o D, y eso son coches de cerca de 20 años. ¿Acaso podemos creer que alguien que tiene un coche con 500.000 kilómetros y 20 años no lo cambia porque no le da gana? Sí, es cierto que hay gente que tiene coches clásicos, y que otros siguen enamorados de sus coches más antiguos. Pero también es cierto que nos basta con ponernos en la puerta de una ITV y ver las ‘joyas’ que pasan por allí casi cayéndose a cachos para entender que, si por sus dueños fuera, ese coche ya estaría achatarrado.
Hay otro indicativo. En los dos últimos meses, el coche más vendido en España ha sido el MG ZS, un coche que, en su versión básica (la más vendida) sale por 14.000 euros, más o menos la media de lo que se gasta un español en un coche usado (que se venden el doble que los nuevos).
¿Cómo esperamos que el español medio se pueda gastar 40.000 euros en un coche eléctrico? Sí, de acuerdo, un coche eléctrico medio, que más o menos nos pudiese servir para todo, se queda en unos 32.000 euros con ayudas… pero, aunque nos vendan eso como una ganga, de ganga no tiene nada, pues el español medio dispone de la mitad de ese presupuesto para comprarse un coche.
Y, además, hablamos de un coche eléctrico, una tecnología nueva, con una falta de infraestructura que asusta a quien no es un experto en el tema y que, por tanto, no les da la seguridad de ser el coche ideal para todo. “Sí, me valdrá para ir a trabajar, pero… ¿y en vacaciones? Y, si no tengo garaje, ¿dónde lo aparco?”
Porque sí, esa es otra: el garaje. De los 33 millones de vehículos que forman el parque automovilístico español, menos de 25% tienen un garaje. Me hace mucha gracia cuando los expertos hablan de que ellos tienen un coche eléctrico y que lo recargan gratis en sus chalets con placas solares. Si descontamos los garajes comunitarios, ¿cuántas personas en España tienen esa posibilidad?
No sé el porcentaje pero, si tenemos en cuenta que el eléctrico en España supone un 5% de las ventas totales, será que todos esos motivos que he expuesto algo tienen que ver.
Después hablas con los responsables de las marcas y los expertos en movilidad y, en muchas ocasiones, no entienden por qué el eléctrico no arranca. Yo creo que muchos de ellos sí que lo entienden pero, en realidad, no lo quieren entender. El resto son talibanes del eléctrico, que merecen su capítulo aparte. Sin embargo, por mucho que se empecinen, va a ser como predicar en el desierto porque, cuando no hay, no hay.
Se habla mucho de que los eléctricos van a bajar. Llevan diciéndolo desde que aparecieron. Nunca han bajado. ¿Bajarán en el futuro? Lo dudo muchísimo. Por varios motivos, pero uno de los que incluso me lleva a pensar que van incluso a subir es la más que probable decisión de subir los aranceles a los coches fabricados fuera de Europa, pensando sobre todo en los chinos. ¿De verdad somos tan ingenuos como para pensar que China, que es quien tiene las baterías, no va a subir su precio?
Oh, sí, me olvidaba. Es que en Europa vamos a tener fábricas de baterías a partir de 2026. Cierto. Pero, ¿con qué tipo de materiales se fabrican las baterías? ¿Qué países tiene las mayores minas de esos materiales? ¿Y por qué iban a dejar los suculentos acuerdos que tienen con China para empezar a vendérselo a Europa? Los chinos nos sacan mucha ventaja a los europeos en muchas cosas; y los negocios son sólo una de ellas.
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