Todos utilizamos Google. Cada día nos salva de decenas de apuros gracias a la velocidad en encontrar lo que buscamos por internet. Pero parece que sobre cuatro ruedas no sucede lo mismo, y el gigante de la red, desde luego, parece no tener que preocuparse por cambio de frenos y neumáticos.
El coche autónomo de Google protagoniza su última «aventura» en EE.UU. Agentes de la policía de Mountain View, California, detectaron que un vehículo circulaba a 24 millas por hora (38,6 km/h) en una zona en la que la velocidad está marcada en 35 millas por hora (56 km/h).
¿Quién era el conductor que iba a una velocidad tan escasa? El agente californiano «persiguió» al vehículo haciendo las mediciones correspondientes. Y estaba claro: no era normal la extremada lentitud de aquel coche. La sorpresa fue mayúscula cuando el policía de tráfico se lo iba a comunicar al supuesto conductor y se percató de que no había nadie al volante.
Según el informe oficial, «a medida que el oficial se acercó al coche de lenta circulación se dio cuenta de que era un vehículo autónomo Google. El agente detuvo el coche y se puso en contacto con los operadores para saber más sobre cómo el vehículo elegía la velocidad a lo largo de ciertas vías y para informarles sobre la obstrucción al tráfico».
Por ello, Google publicó un comunicado oficial en el que se comentan que son muchas las personas «que se acercan con demasiada frecuencia» al modelo por la curiosidad que suscita, y se eligió que rodase a 25 mph «por razones de seguridad», aunque precisamente la policía lo detuvo justo por lo contrario.
«Queremos que el proyecto sea amable y accesible, en lugar de que aterrorice a todo un barrio», dice la irónica nota, que añade que «tras 1,2 millones de millas recorridas en conducción autónoma (que equivalen a 90 años de una vida humana de conducción), ¡estamos orgullosos de no haber sido multados hasta ahora!».
Sea como fuere, el coche autónomo de Google no deja de protagonizar noticias que rápidamente se extienden por las redes, como los supuestos choques y accidentes en los que se han visto involucrados. Decimos supuestos, porque hay muchos desmentidos al respecto y parece ser que por culpa de los otros implicados. A esta confusión se suman las burlas del responsable de Tesla, Elon Musk, que considera la tecnología LIDAR del modelo como poco menos que ridícula.
¿Cuál será la próxima desventura del, además, poco agraciado estéticamente coche de Google?