La idea sobre un coche volador lleva rondando ya un tiempo por la cabeza de los ingenieros de Toyota. De hecho, en diciembre de 2014 presentaron unas patentes sobre ello, aunque es ahora cuando la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos acaba de publicarlas. No obstante, desde su presentación a finales de 2014, los avances sobre coches voladores han sido notables, con la compañía eslovaca Aeromóvil desarrollando tres generaciones de un modelo y uno de los cofundadores de Google -Larry Page- invirtiendo en dos empresas dedicadas a ello.
En cualquier caso, el vehículo de Toyota esconde sus alas flexibles dentro de la carrocería, que incluye partes móviles para descubrirlas. Estas alas flexibles se abrirían y el fuselaje del coche volador incorporaría zonas que variarían en función del vuelo para adaptarse a éste, como un alerón móvil situado en el frontal o un timón de cola. Aun así, lo que más llama la atención es una hélice situada en la zaga. Además, las formas de este Toyota volador se ven muy redondeadas, y sus avances en aerodinámica posiblemente podrían implementarse en futuros coches de producción.