Ser el propietario de un urbano GTi es algo muy atractivo, por varias razones. La primera y principal es que suponen el punto de acceso a un mundo de emociones que los coches convencionales no son capaces de proporcionar. Hablamos de vehículos que, sin descuidar en absoluto el apartado práctico, son capaces de hacernos girar la cabeza cuando los aparcamos después de disfrutar de sus capacidades dinámicas en cualquier vía o desplazamiento. Coches que, a una amplia gama de virtudes que satisfacen la lógica y la razón, añaden ese plus de entretenimiento y diversión que alimenta nuestra pasión, algo fundamental si realmente disfrutas al volante.
Pero es que, además, hablamos de coches ligeros, algo complicado de encontrar en cuanto pasas a un segmento superior. En el mercado de los pequeños, el umbral de las emociones es más accesible… y no hace falta circular como si la vida te fuera en ello para que eso de mover el volante resulte una actividad, al menos, entretenida.
Así las cosas, qué mejor que coger dos superventas y enfrentarlos en una buena carretera de curvas. En este caso, tenemos las llaves de un Ford Fiesta y un Seat Ibiza, dos modelos que se renovaron hace apenas un año y que, desde entonces, han demostrado ser un éxito comercial. No obstante, sus variantes más deportivas se están haciendo de rogar.
En el caso del Fiesta, está confirmada la llegada a lo largo del verano de una variante ST con un motor 1.5 tricilíndro de 200 CV, lo cual esperamos con impaciencia ya que el anterior ST dejó el listón muy alto –tanto la versión de 182 CV como la de 200 CV–. Si hablamos del Ibiza, el tema es que el grupo VAG acaba de crear una nueva marca denominada Cupra y, de momento, tan sólo se ha confirmado de manera oficial la llegada de un Cupra Ateca –el conocido SUV de la firma española, con un motor 2.0 turbo de 300 CV–. No obstante, estamos casi seguros de que el Cupra Ibiza terminará por llegar al mercado, pero difícilmente antes de 2019.
Y como puede que tu paciencia no sea tanta, o que tu dinero no dé para tanto, es posible que te puedan interesar las versiones que tenemos hoy en estas páginas, y que sí están disponibles en cualquier concesionario de cada una de las marcas. Se trata del Fiesta 1.0 EcoBoost ST Line con 140 CV y del Ibiza FR 1.5 TSI, en este caso con 150 CV.
Antes de empezar, ya te digo que con este nivel de potencia es más que probable que colmes tus expectativas prestacionales, aunque con algunos matices que analizaremos un poco más adelante.
Un buen fórmula racing
Primero cojo el Ibiza, ya que tengo bastantes referencias de otras versiones que han pasado por la redacción –sobre todo de un FR con el motor 1.0 TSI de 115 CV–, pero ninguna con este propulsor 1.5 TSI. La estética de este acabado deportivo es acertada, aunque las llantas de 18´´ –un extra de 350 euros– resultan algo excesivas. La razón es que provocan que los discos de freno –con sus pinzas pintadas en rojo, una opción de 170 euros– luzcan algo ridículos, sobre todo los del eje trasero… de apenas 230 mm. Las de 17´´ que vienen de serie son más que suficientes.
Tampoco nos termina de convencer como está resuelto el tema del escape. En apariencia encontramos dos bonitas salidas cromadas cuando, en realidad, no hay nada en ellas que las ´rellene´. Tan sólo hay dos pequeñas salidas de escape convencionales por detrás del parachoques, en la parte izquierda. Esta moda, muy extendida entre los fabricantes, puede que permita ciertas licencias de diseño, pero a los más puristas nos gusta una buena salida real de escape… como la doble que llevaba el anterior FR, agrupada a la izquierda.
Por dentro, el puesto de conducción es bueno, y enseguida te encuentras cómodo, como si este Ibiza fuera tu coche particular que usas a diario. Detalles como el volante, el freno de mano y parte del salpicadero forrados en cuero con pespuntes en rojo –130 euros– le aporta cierto aspecto deportivo sin caer en una estética sobrecargada. En lo que respecta a los asientos, ofrecen un gran equilibrio entre sujeción y comodidad. Y resulta muy recomendable montar el sistema multimedia con pantalla de 8´´ –420 euros–, ya que funciona realmente bien y le da un aspecto tecnológico a un habitáculo sobrio y bien acabado.
No obstante, puestos a montar equipamiento opcional, nos centraríamos en cosas que nos ayudaran a sacar el máximo partido al coche desde el punto de vista dinámico, por lo que es casi obligatorio elegir la suspensión adaptativa asociada a los modos de conducción –280 euros–, y los faros delanteros full led –590 euros–.
Ya en marcha, el rendimiento del motor 1.5 TSI de 150 CV es realmente sorprendente, con un nivel de prestaciones bastante respetable. Con un paso de 0 a 100 km/h en sólo 7,9 segundos, la capacidad de empuje es más que suficiente para practicar una conducción deportiva con garantías de que el ritmo siempre va a ser alto. Desde apenas 1.500 revoluciones hasta más allá de las 6.500 vueltas, los 150 CV y 250 Nm de par se dejan notar sin sobresaltos, de manera contundente y lineal. Esto ayuda a enmascarar unos desarrollos del cambio algo largos, lo que hace que en carreteras secundarias te muevas más en segunda que en tercera velocidad.
Este coche realmente se disfruta en una carretera de curvas, ya que se muestra ágil en los cambios de trayectoria. La suspensión adaptativa ofrece un buen equilibrio entre absorción de irregularidades y control de los movimientos de la carrocería, lo que permite a este Ibiza mostrarse como un buen rutero en autopista y un coche realmente divertido en zonas viradas.
No obstante, este FR puede llegar a tener unas reacciones más ágiles de lo esperado en cambios de apoyo fuertes, con un eje trasero que se mueve bastante. Lo cierto es que en ningún momento de la prueba llegamos a sobrepasar el límite de lo peligroso, pero sí es cierto que si no eres un conductor acostumbrado a conducir a buen ritmo por carreteras sinuosas, puede que te pille por sorpresa la reactividad de la parte posterior del coche.
Por suerte todos los elementos acompañan, y tanto la dirección, directa y precisa, como los frenos, potentes y fácilmente dosificables, ayudan a controlar toda clase de desmán de manera efectiva. Estamos seguros de que, en el caso de esta unidad, también influye bastante el hecho de que monte unos neumáticos Bridgestone Turanza T001, no demasiado adherentes cuando queremos buscar los límites –igual unos Potenza S001, por no salirnos de la marca japonesa, hubieran sido más adecuados para esta combinación de acabado/motor–.
Por su parte, el cambio manual de seis marchas ofrece recorridos de palanca cortos y un tacto durito muy agradable, aunque en más de una ocasión manejando la palanca con rapidez, hemos tenido que marcar más de lo esperado el paso de segunda a tercera velocidad para que la inserción fuera del todo fluida.
Después de unos cuantos cientos de kilómetros por carreteras mayoritariamente secundarias, el ritmo que hemos llevado con este Ibiza no ha quedado demasiado lejos del que hubiéramos conseguido con un buen urbano GTI.
Aperitivo previo del ST
En el caso del Fiesta, le sienta bien el acabado ST Line, tanto a nivel estético como dinámico. El coche llama la atención, con una planta contundente y deportiva, con unos faldones y parachoques que le dan una apariencia de coche ancho y pequeño, muy del estilo a los que se emplean en rallyes –esto tiene mérito teniendo en cuenta que el Fiesta es 4 cm más estrecho y 2 cm más alto que el propio Ibiza–.
Aquí las llantas tienen un tamaño más adecuado, ya que son de 17´´… lo que unido a un diseño menos abierto hace que los discos de freno no destaquen en absoluto por pequeños. Además, dispone de una única salida de escape emplazada a la derecha del paragolpes, careciendo de embellecedores o falsas aberturas. Es la solución clásica, pero más atractiva que el ´invento´ que emplea el Ibiza.
Por dentro, el ambiente es bastante más desenfadado que en el Ibiza, con un diseño más curvo y una llamativa franja color flúor… detalle que seguro gustará al público más joven –viene en un pack que, por 600€, incluye los asientos con tapicería mixta cuero/piel–. Además, el material empleado en la parte superior del salpicadero es más agradable al tacto que el del Ibiza, lo que hace que la sensación de refinamiento sea un poquito mayor.
El puesto de conducción es muy cómodo, con unos asientos de diseño adecuado y un volante con un grosor perfecto. No obstante, no alcanza al Ibiza en este apartado porque la banqueta te posiciona algo elevado respecto al asfalto, un problema que también sufre de manera más acusada su hermano mayor, el Focus RS.
En los primeros kilómetros, la personalidad del motor 1.0 tricilíndrico del Fiesta marca las primeras sensaciones al volante, sobre todo en un aspecto tan importante como el sonido. En el Ibiza, el propulsor no ofrece en ningún caso una nota deportiva, sino más bien una banda sonora insípida que no incita en absoluto a subirlo de vueltas. En el caso del Ford, el hecho de montar tres cilindros hace que el sonido que llega a tus oídos resulte muy característico, y si bien tampoco es que resulte demasiado atractivo desde el punto de vista auditivo, sí es cierto que tiene más gracia que el del Seat.
Sin embargo, a nivel prestaciones, el Ibiza está por delante del Fiesta, con una diferencia de 1,1 segundos a favor del Seat en el paso de 0 a 100 km/h. Queda claro que el pequeño motor del Fiesta es voluntarioso, está lleno en toda la banda de revoluciones y sus 140 CV dan de sí para que el ritmo sea alto. Pero la diferencia en la cifra de par motor –180 Nm en el caso del ST Line y 250 Nm si hablamos del FR; ambos a partir de 1.500 rpm– resulta determinante, algo que permite que el Seat se muestre más contundente en cualquier situación, sobre todo a la hora de recuperar velocidad en marchas largas. Además, el Fiesta no puede compensar esta diferencia con el peso, ya que el urbano de Ford declara 1.164 kg, apenas 20 kg menos que el Ibiza FR. Esto supone una relación peso/potencia de 7,89 kg/CV en el caso del Seat, y de 8,31 kg/CV si nos referimos al Ford.
Ahora bien, en el apartado dinámico, el Fiesta ST Line vuelve a la carga con fuerza gracias a un chasis excelente. El Ford enlaza curvas de manera magistral –los amortiguadores, de tarado fijo, exhiben un funcionamiento muy equilibrado–, con una capacidad para cambiar de trayectoria casi eléctrica que hace que el conductor se envalentone pronto, y alcance un nivel de confianza brutal.
El Fiesta entra de forma más directa en la curvas, y el eje trasero se mueve lo justo para ayudar a redondear la trayectoria. En tan buena impresión tienen mucho que ver unos excelentes Michelin Pilot Sport 4, capaces de adherirse al asfalto seco como un chicle y funcionar en mojado de manera sobresaliente.
Afrontando el mismo tramo revirado con ambos coches, el Fiesta da la sensación de ser un punto más preciso. La dirección es un poco más directa, aunque filtra en mayor medida lo que sucede a la altura de las ruedas. Es curioso observar que, en cuanto la carretera se abre un poco, el Ibiza impone su mayor potencia; sin embargo, cuando la vía se retuerce, es el Fiesta el que recupera terreno a base de un paso por curva demoledor.
Un resultado muy apretado
Lo cierto es que, al final de la semana de pruebas, decidir entre uno y otro resulta bastante complicado… algo previsible teniendo en cuenta sus múltiples similitudes. Recopilando, si se trata de correr en línea recta, el Ibiza cuenta con una clara ventaja. Ahora bien, si la ruta elegida cuenta con muchas curvas, la cosa se iguala bastante. En el caso de estas unidades en concreto, cada uno con unos neumáticos de corte muy diferente, lo cierto es que el Seat lo hemos percibido más nervioso de reacciones, lo que no terminaba de generar la misma confianza que en el Ford a la hora de buscar lo límites.
Y si nos apartamos del aspecto puramente dinámico, la balanza se inclina levemente hacia el Ibiza, ya que si bien el Fiesta aporta un interior al menos igual de bien acabado que su rival, no puede competir en un aspecto para muchos fundamental, como es la practicidad. El Seat ofrece un interior más amplio y un maletero más capaz sin discusión alguna. A la hora de analizar el precio, también máxima igualdad, ya que el Fiesta resulta apenas 425 euros más barato que el Ibiza –ambos suelen contar con jugosas campañas promocionales, lo que rebaja su precio alrededor de los 17.000 euros–. Y si hablamos de consumo, curiosamente el Ibiza gasta, de media, aproximadamente un litro menos respecto al Fiesta, registrando un consumo medio durante la prueba de 7,2 l/100 km, frente a los 8,2 l/100 km del Ford.
Entonces… ¿cuál es el veredicto? Difícil. Podemos decir que el Ibiza FR gana… a los puntos. Y lo hace porque en aspectos menos relacionados con la emoción de conducir, toma cierta ventaja respecto del Fiesta. Ahora bien, si de lo que se trata es de buscar la carretera más exigente posible y salir con una sonrisa al llegar al final del tramo, el Fiesta es capaz de hacerlo igual o mejor que su rival.
Contando los días
Las dos versiones de esta comparativa son una aproximación válida a lo que en EVO identificamos como un buen urbano GTI; pero los que realmente nos hacen suspirar son el Fiesta ST y el Cupra Ibiza, previstos para el verano y principios de 2019, respectivamente.
En el caso del Ford, el nuevo ST contará con un propulsor 1.5 EcoBoost de tres cilindros y 200 CV… además de un diferencial autoblocante en opción. Con todo, la marca declara un paso de 0 a 100 km/h en 6,5 seg.
Y sobre la nueva marca Cupra recae la responsabilidad de ofrecer productos a la altura de la competencia; del Ibiza más deportivo sabemos poco, aunque el actual VW Polo GTI es una buena pista, ya que es más que probable que comparta el motor 2.0 TSI de 200 CV.
Ficha técnica del Ford Fiesta 1.0 ST Line
Motor | Gasolina, turbo, 3 cilindros en línea, 999 cc |
Potencia | 140 CV a 6.000 rpm |
Par | 180 Nm entre 1.500 y 5.000 rpm |
0-100 km/h | 9,0 segundos |
Velocidad máxima | 202 km/h |
Peso | 1.164 kg |
Precio sin descuentos | 19.695€ |
Valoración | 4/5 |
Ficha técnica del Seat Ibiza 1.5 TSI FR
Motor | Gasolina, turbo, 4 cilindros en línea, 1.498 cc |
Potencia | 150 CV de 5.000 a 6.000 rpm |
Par | 250 Nm entre 1.500 y 3.500 rpm |
0-100 km/h | 7,9 segundos |
Velocidad máxima | 215 km/h |
Peso | 1.184 kg |
Precio sin descuentos | 20.120€ |
Valoración | 4/5 |