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¿Es posible conducir con una escayola? Esto dice la ley y las consecuencias de hacerlo

Conducir con una escayola o cualquier tipo de inmovilización médica está prohibido según la normativa española, ya que compromete la seguridad al volante y puede acarrear multas y la retirada de puntos del carné.

Conducir con una escayola puede parecer una situación inofensiva para algunos conductores, especialmente si consideran que su inmovilización no afecta directamente al manejo del vehículo. Sin embargo, la normativa de tráfico en España lo prohíbe explícitamente, ya que puede comprometer la seguridad al volante.

Además, incumplir esta norma puede llevar a sanciones económicas considerables y a la retirada de puntos del carné, sin olvidar las complicaciones con las aseguradoras en caso de accidente.

Lo que dice la normativa: ¿es legal conducir con una escayola?

El artículo 18.1 especifica que: “El conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción”.

Además, la legislación que regula esta situación se encuentra recogida en el anexo IV, artículo 3.1 del Reglamento General de Conductores, aprobado por el Real Decreto 772/1997. Dicho artículo especifica que no debe existir ninguna alteración que impida al conductor adoptar una posición sedente normal o manejar de forma eficaz los mandos del vehículo.

Esta normativa también prohíbe que se requieran posiciones atípicas o fatigosas para el manejo del coche, así como cualquier afección que precise adaptaciones o restricciones. En otras palabras, cualquier limitación física, ya sea por una escayola, un collarín o un inmovilizador, se considera un impedimento para conducir de forma segura y legal.

Las sanciones por conducir con escayola o inmovilizador

En este sentido, una escayola, férula o cualquier dispositivo que inmovilice una extremidad puede interpretarse como un obstáculo para cumplir con esta exigencia legal. Está tipificada como una falta grave o muy grave, lo que supone enfrentarse a multas económicas que pueden oscilar entre los 150 y los 300 euros. Además, esta sanción puede ir acompañada de la retirada de 3 a 6 puntos del carné de conducir.

El caso mediático que generó dudas

El debate sobre la conducción con escayola surgió especialmente a raíz de la situación que protagonizó el exfutbolista Iker Casillas en 2013. En aquel entonces, diversos medios especularon sobre una posible sanción después de que el deportista fuera fotografiado conduciendo con una escayola en su mano izquierda. Sin embargo, nunca se impuso multa alguna ni se llegó a intervenir por parte de las autoridades, ya que no hubo pruebas de que la escayola afectase su control del vehículo.

Este caso generó cierta confusión entre los conductores, pero deja claro que la clave está en la interpretación del agente.

casillas escayola

¿Y qué dicen las aseguradoras?

Además de la posible sanción de tráfico, las aseguradoras juegan un papel importante. Si conduces con una escayola sin haber informado previamente a tu compañía y tienes un accidente, podrías enfrentarte a problemas. La aseguradora puede argumentar que no estabas en condiciones óptimas para conducir y negarse a cubrir los daños del siniestro.

Por esta razón, es fundamental consultar con tu aseguradora antes de conducir si sufres una lesión que pueda afectar tu capacidad de control.

Recomendaciones: Qué debes hacer si llevas escayola

Si tienes una escayola o cualquier tipo de inmovilización que pueda limitar tus movimientos, lo más recomendable es no conducir. No obstante, si decides hacerlo, es importante que sigas estas recomendaciones para evitar problemas:

  1. Consulta a tu médico: Antes de ponerte al volante, asegúrate de que un profesional médico certifique que tienes capacidad física para conducir. Aunque te sientas en condiciones, un informe médico puede ser útil en caso de disputa.
  2. Habla con tu aseguradora: Informa a tu compañía de seguros sobre tu situación. Así evitarás problemas legales y económicos si sufres un accidente.
  3. Evalúa tus movimientos: Reflexiona sobre si realmente puedes manejar el volante, los pedales y la palanca de cambios sin dificultad. La libertad de movimientos es fundamental.
  4. Evita riesgos innecesarios: Si tienes dudas, opta por no conducir. Utiliza transporte público, taxis o pide ayuda a alguien de confianza.
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