Las multas: esas grandes temidas por los conductores. Pueden arruinarte unas vacaciones€ o el mes, y para que caduquen o prescriban tienen que pasar al menos cuatro años. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con los descuentos por pronto pago, hasta que llega esa fecha éstas aumentan su cuantía debido a los intereses de demora en el abono. De hecho, la Administración ha llegado a tener que embargar propiedades personales para poder hacer frente a dichas sanciones.
Actualmente, los españoles debemos a las arcas públicas más de 20 millones de euros por las infracciones que hemos cometido al volante. Muchos de los deudores se las averiguan para retrasar el pago o anularlo debido a la caducidad anteriormente comentada. Todo ello provoca una cantidad importante de morosos, aunque la cifra varía en función de la provincia a la que nos refiramos. Así, los madrileños son los que más impagos acumulan, mientras que los melillenses son los más responsables en este sentido.
Aun así, los conductores en Melilla dejan pasar una media de 400 días para pagar sus multas -son los que más tardan en abonarlas, seguidos de los ceutíes, con 336 jornadas de media-, mientras que los de Madrid lo hacen en un período medio de 216 días -los que más prisa se dan en pagar sus infracciones de tráfico-. Sea como fuere, la sanción más impuesta es, con diferencia, la de exceso de velocidad: ésta ha supuesto la mitad de todas las infracciones cometidas, con 27,5 millones de denuncias por este hecho en 2015.
Pese a ello, la DGT ha anunciado que durante el ejercicio de 2014 se recaudaron 384 millones de euros en multas de tráfico, lo que supuso un incremento de 15 millones de euros con respecto a 2013. Por otra parte, la recaudación en tasas en 2014 alcanzó los 535 millones de euros, procedentes de casi 4.260.000 denuncias, superando levemente la cifra de 2013 -aproximadamente 4 millones de denuncias-.