El estadounidense Preston Henn, un multimillonario coleccionista que posee hasta 18 Ferrari que ha ido juntando desde 1960, ha denunciado a la marca del Cavallino Rampante porque ésta no ha querido venderle una unidad del nuevo Ferrari LaFerrari Aperta, la versión cabrio del impresionante deportivo italiano. Como ocurre con varios fabricantes tan exclusivos, Ferrari se reserva el derecho de venta de sus coches, pero en este caso, según el damnificado, ha dañado gravemente su imagen como coleccionista.
Y es que según Henn, los 18 modelos de la marca que tiene en su poder -entre los que se encuentran coches míticos, como un 275 GTB, un F40, un F50 y hasta el propio LaFerrari- deberían ser suficiente acreditación para acceder a la compra de un LaFerrari Aperta, algo que Ferrari no ha considerado así. De hecho, Ferrari le ha comunicado que “no está cualificado para comprar el Ferrari LaFerrari Aperta”, después de que Henn enviase una carta esgrimiendo sus razones para tener uno y con un cheque de un millón de dólares como ‘incentivo’ para convencer a los receptores de la misma.
Sin embargo, Enrico Galera, jefe del área comercial de Ferrari, le contestó diciendo que no quedaban unidades disponibles para ser vendidas y que la marca no acepta depósitos para este coche. Después del revés sufrido, Henn exige que Ferrari le pague 75.000 dólares por daños morales y un juicio que castigue la vergüenza a la que está siendo sometido por parte de Ferrari.
