Todo comenzó cuando dejó el vehículo a un amigo y éste dio positivo en un control de alcoholemia. La Policía Local procedió a inmovilizar el coche. Pasado un tiempo, el dueño pidió a la policía recuperarlo, pero el Range Rover no figuraba en ningún registro de inmovilizaciones…
Poco después, tras reclamar por la vía administrativa, el dueño descubrió que su vehículo había aparecido en el Boletín Oficial del Estado, entre los coches declarados como «residuos sólidos urbanos«: Es decir, aquellos que se han encontrado abandonados y han sido enviados a achatarrar. En el momento de ser considerado un residuo urbano, el coche no llegaba a los 19 meses de antigüedad. Su propietario no había recibido ninguna comunicación al respecto.
Pasados los años, el dueño ha descubierto que el vehículo seguía circulando… El jefe de la Policía Local estaba usando el Range Rover TDV8 inmovilizado, algo que supo porque mantenía su matrícula. Ahora, el ayuntamiento y la policía de Orihuela se enfrentan a una acusación de apropiación indebida. El alcalde, Monserrate Guillén, ha explicado que los vehículos que no son reclamados por sus dueños pasan a integrarse en el parque móvil municipal. Asegura que existe un expediente en el que figuran las comunicaciones por correo ordinario acerca del vehículo, y que se respetaron los plazos marcados por la ley.