Los días de viento hay que extremar la precaución al volante y, por eso, antes tenemos que saber cómo actuar. Además, las rachas fuertes de aire provocan el llamado efecto pantalla del que la Dirección General de Tráfico (DGT) nos alerta.
Una ráfaga de aire puede hacer que perdamos el control del vehículo y que se salga de la carretera por la que circulamos, de forma que resulta muy importante saber cómo conducir con estas situaciones climatológicas adversas. Para ello, la DGT nos facilita los siguientes consejos:
- En primer lugar, debemos saber reconocer la dirección y fuerza del viento. Para lograr conocer esto, basta con que observemos cómo se mueven los árboles, si hay nubes de polvo… por ejemplo.
- En situaciones de viento intenso también debemos disminuir la velocidad y sujetar con fuerza y con las dos manos el volante, y no realizar movimientos bruscos, para evitar desviaciones peligrosas del vehículo.
- Viajar con la menor carga posible en el vehículo y sin baca o sin remolque, por ejemplo.
- En la medida de lo posible, realizar nuestros desplazamientos por vías principales, ya que en las carreteras secundarias es más sencillo que nos podamos encontrar ramas, piedras que se hayan desprendido, etc.
- Aumentar la distancia de seguridad respecto a otros vehículos y, en especial, cuando realicemos un adelantamiento a un motorista o ciclista que pueden perder el equilibrio de una manera más sencilla.
- En los adelantamientos, cruces con otros vehículos, salidas de los túneles y, en general, en lugares poco protegidos de la carretera, se pueden ocasionar ‘golpes de viento’ debido al efecto pantalla, por lo que debemos prestar una especial atención a estas situaciones para evitar la pérdida de la dirección o, incluso, que el vehículo sufra un vuelco.
En qué consiste el efecto pantalla de la DGT
El efecto pantalla del que nos alerta la DGT se produce cuando una fuerte ráfaga de viento impacta contra el vehículo y puede llegar incluso a desestabilizarlo. Se produce, por ejemplo, en la salida de los túneles, cuando nos cruzamos o adelantamos a algún vehículo voluminoso, o cuando sobrepasamos algún edificio voluminoso.
Para minimizar el efecto pantalla, como hemos indicado en uno de los puntos anteriores, debemos disminuir la velocidad y sujetar con fuerza y con las dos manos el volante y, sobre todo, no hacer movimientos bruscos, para evitar que el vehículo realice una desviación peligrosa.
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