De acuerdo con la DGT existen enfermedades incompatibles con la conducción, pero… ¿afectan a las bajas laborales? Lo cierto es que para ponerte al volante debes tener ciertas aptitudes psicofísicas… y hay enfermedades que pueden deteriorarlas. De hecho, existen ciertas enfermedades con las que la DGT impide ponerse al volante, a menos que se disponga de un informe médico favorable.
Y es que, de acuerdo con los artículos 17 y 18 del Reglamento General de Circulación “los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos y mantener su propia libertad de movimientos para garantizar su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.
Sin embargo, al estar de baja no estamos hablando de una enfermedad, sino de una situación transitoria. Y aquí el médico que te de la baja será el que tenga la última palabra.
No obstante, desde el RACE han señalado tres posibles supuestos, con los que podrás salir de dudas: un caso de ansiedad, cervicalgia y lumbalgia.
¿Puedo conducir si estoy de baja por ansiedad?
La ansiedad es uno de los trastornos mentales más comunes y puede provocar agitación, inquietud, taquicardias… algo que podría afectar a la conducción.
Por otro lado, debes tener en cuenta que muchos de los medicamentos para tratarla suelen ser incompatibles con la conducción. De ahí que, en este caso, se necesite el informe de un especialista para poder renovar o sacarse el carnet de conducir.
¿Puedo conducir si estoy de baja por cervicalgia?
Los principales síntomas de la cervicalgia son la rigidez del cuello, el dolor de cabeza, los mareos, las náuseas… de ahí que no sea nada recomendable conducir si la padeces. En este caso, no deberías volver a conducir hasta que el médico considere que estás recuperado.
¿Puedo conducir si estoy de baja por lumbalgia?
Esta patología provoca un dolor de gran intensidad en la parte baja de la espalda, que podría afectar a la movilidad del conductor. Además, lo normal es que para tratarla se recurra a relajantes musculares, antiinflamatorios y analgésicos que, en muchos casos, pueden disminuir las capacidades al volante. En el caso de que estés de baja por lumbalgia, está prohibido conducir salvo que tu médico diga lo contrario.
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