Los problemas de contaminación que están sufriendo muchas ciudades europeas en los últimos meses han llevado a Bruselas ha comenzar con un paquete de medidas para cuidar el aire. Tras imponer nuevos límites de contaminación a los gobiernos, ahora Comisión Europea planea que los fabricantes tengan más difícil estampar la etiqueta de ecológico a sus unidades.
La comisaria de Industria, El?bieta Bie?kowska, ha explicado su intención para que los centros de pruebas de emisiones ya no sean financiados directamente por las marcas y que los socios comunitarios tengan la obligación de vigilar e incluso retirar los modelos que no cumplan la normativa.
El certificado verde es concedido por agencias nacionales basándose en los test de emisiones y consumos llevados a cabo por un servicio técnico. Bruselas quiere, en definitiva, que los test sean independientes a los fabricantes para mejorar la obejtividad y los resultados reales sobre datos de emisiones, evitando así nuevos ‘Casos Volkswagen’.
