Ferrari siempre se ha tomado muy en serio la protección de su propiedad intelectual. De hecho, para poseer un Ferrari no sólo basta con tener mucho dinero, sino que se deben cumplir una serie de requisitos, entre los que figuran que no se puede modificar o tunear salvo permiso expreso de la propia firma transalpina. Sin embargo, lo que ha pasado en nuestro país parece sacado de una comedia. Hace cinco años, el propietario de un negocio de compraventa de vehículos en Arteixo, A Coruña, adquirió un Ford Cougar al que se le habían practicado varias modificaciones para parecerse a un Ferrari F430 Scudería, uno de los modelos más extremos de la saga F430.
Como parte de las modificaciones, se habían instalado logos y nombres de Ferrari, entre los que figura el famoso cavallino rampante. Esto llegó a oídos de la marca italiana, que emprendió acciones legales contra el propietario del Cougar por un delito contra la propiedad industrial. La cuantía de la indemnización que exigía Ferrari por tal delito era de 2,1 millones de euros, aunque ahora hemos podido saber que un juzgado de A Coruña ha eximido al propietario del negocio de compraventa de vehículos a pagar tal cantidad.
¿El motivo? No es un Ferrari
Para el titular del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña no hay delito porque “el acusado adquirió el vehículo con pleno conocimiento de que, en realidad, no se trataba de un Ferrari”. Además, recalca que no se puede probar que se haya cometido tal delito porque, dado que es un vendedor de coches de segunda mano, “difícilmente resultaría creíble que supiese ni una palabra de modelos o dibujos industriales de vehículos”.
Para el juzgado coruñés, la tenencia de este Cougar tenían más que ver con la promoción del negocio e incluso afirma que muchas de las piezas empleadas son artesanales. «¿Acaso el uso de un coche tuneado, que aun para los menos entendidos claramente resulta patente que no es un Ferrari, vulnera las reglas de la competencia? ¿Va a perder Ferrari alguna venta de sus vehículos por el hecho de que un vendedor de coches de segunda mano circule en un Ford Cougar que se parece a un Ferrari? ¿De verdad que se está pretendiendo una condena a penas de prisión y el pago de 2,1 millones de euros?”
Lo usaba para rodajes
Por este pleito, el propietario del coche vio cómo la policía inmovilizó el coche en octubre de 2018, pese a tener toda la documentación en regla. “Es un ‘kit car’ y se ha usado en diferentes ocasiones y en conocidas series. No es una imitación de un Ferrari, es un Ford Cougar transformado con piezas homologadas por la marca y avaladas por el Ministerio de Industria para tener un aspecto deportivo de alta gama”, indicó el propietario.
A este respecto, la Guardia Civil también se pronunció al respecto, indicando que no existían indicios de estafa porque no se intentó vender como un Ferrari y que las transformaciones efectuadas cumplían con la normativa vigente. En cualquier caso, esta historia ha tenido un final feliz.
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