Tal y como hace poco comentábamos en este artículo, la batería es uno de esos relativamente sencillos elementos de un coche que tienen la capacidad de dejarte tirado en la cuneta. ¿La razón? La batería es la encargada de suministrar energía al motor de arranque que, a su vez, pone en marcha el propulsor de tu coche. Por cierto, recuerda que híbridos y eléctricos también cuentan con una batería de 12 voltios del mismo modo que un automóvil de combustión.
Pues bien, tanto el calor como el frío extremo, son grandes enemigos de la batería de 12 voltios. El calor le afecta de una manera muy negativa, pero el frío puede ser devastador en determinadas circunstancias. ¿Cuál es la razón?
Básicamente, procurando ‘hablar en cristiano’, se encuentra en que dentro de la batería se debe producir una reacción química, normalmente de plomo y ácido, que queda muy entorpecida cuando la temperatura es inferior a 0 grados centígrados. Puede darse el caso de que una batería ‘sana’ pero algo vieja, no sea capaz de poner en marcha el motor si la temperatura es menor que cero, puesto que dicha reacción es de, alguna forma, retardada.
La batería de 12 voltios tiene una vida media de entre cuatro y siete años en función de diversas circunstancias. Y, lo que está claro, es que una batería nueva no te va a fallar aunque el clima sea helado. Pero una que tenga más de tres años, quizá sí. ¿Qué puedes hacer para evitarlo? Bueno, aparte de procurar guardar el coche en garaje, por desgracia no muchas cosas, pero mantener los bornes de la batería embadurnados de vaselina específica es una forma de que haya menos posibilidades de que eso pase, aunque ni mucho menos es un remedio salvador.
¿Y qué hacer si ya es tarde y tu coche no arranca debido a que la batería está K.O.? Bien, en ese caso hay básicamente tres alternativas. La evidente es cambiar la batería, operación que te puede costar entre 80 y 300 euros en función del tipo de batería que lleve tu coche.
Las soluciones de emergencia son, o bien recurrir a unas pinzas de arranque que puedas conectar a otro coche (positivo a positivo y negativo a negativo), o bien arrancarlo, como vulgarmente se dice, ‘a empujón’, cosa que sólo es válida si el coche lleva cambio manual. Para hacerlo, móntate en el coche, pon la posición de contacto y pide a alguien que te empuje (o déjate caer por una pendiente). Cuando el vehículo alcance entre 18 y 20 km/h, suelta el embrague con la tercera marcha insertada y el motor arrancará.
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