Guerra legal contra el alquiler de Ferrari en Maranello

Los habitantes de la pequeña población del norte de Italia se quejan del ruido producido por los súper deportivos que las empresas alquilan a los turistas.


Maranello es un pequeño pueblecito del norte de Italia que tiene 17.000 habitantes y que, muy probablemente, la gran mayoría de gente que lo conozca sea por ejercer de cuna de Ferrari. Precisamente ese es el motivo por el que se desplazan hasta allí casi todos los turistas que lo visitan ya que, además de albergar el museo de la legendaria marca y escudería automovilística, cuenta con varias empresas que se dedican al alquiler de estos súper deportivos. Pero lo que al principio era un motivo de alegría para sus vecinos por el beneficio económico se ha convertido en un inconveniente para su salud.

Y es que el ruido de los ´Cavallinos Rampantes´ por las inmediaciones de la población italiana está empezando a ser una molestia bastante grande para ellos. Por una parte se puede entender, pues muchos de los visitantes se ponen a los mandos de un Ferrari como algo único en su vida, y es comprensible que una vez en situación, aprovechen para ´apretarle´ aunque sea en vacío y solo para disfrutar de la melodía de sus motores. Pero por otra hay que entender que lo que para unos es un momento exclusivo en su vida, para otros es el pan de cada día.

Por ello, desde el Ayuntamiento de Maranello se pretende obligar a las empresas de alquiler de Ferrari –hay nada más y nada menos que 37 modelos de la marca entre todas- a que limiten el horario de su actividad€ lo malo es que quieren vetar las horas más concurridas –y con un máximo de 2 horas diarias-. A su favor, las compañías de alquiler alegan que con la venta de souvenirs no pueden cubrir la fuerte inversión que supone la compra y el mantenimiento de varias de estas máquinas.

Además, para tener el negocio más controlado, desde el Consistorio se han realizado este año más de 450 controles a dichas empresas, habiendo puesto 305 multas en los últimos 5 años a modelos propiedad de las compañías. Y eso que van con un instructor al lado. En cualquier caso, a los empresarios solo les queda reclamar –ya les han rechazado un recurso por la vía judicial- y esperar a que la ley se ponga de su parte o ponerse de acuerdo con los vecinos de Maranello.

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