En estos momentos, Fisker Automotive busca fondos para financiar el lanzamiento de su nuevo modelo, el Fisker Atlantic. Inicialmente, se iba a costear con un prestamo de 529 millones de dólares de parte del gobierno estadounidense, como ayuda a las tecnologías avanzadas. Sin embargo, el bajo nivel de producción de Fisker ha congelado esta posibilidad, al no cumplir con los objetivos exigidos por el Departamento de Energía. El origen del problema está en parte en la quiebra de su proveedor de baterías, A123, que les ha dejado sin suministro de componentees; la producción del Fisker Karma en la planta contratada con Valmet Automotive en Finlandia está parada. Los rumores apuntan a que la empresa china Geely, que ya ha comprado Volvo, podría hacerse con el control de Fisker. Sin embargo, esta adquisición sigue sin materializarse, y añade más incertidumbre al futuro de Fisker.