Los que me conocen saben mi debilidad por los coches con cierto toque deportivo, divertidos de conducir y en los que te sientas totalmente implicado en la conducción.
Vamos, que un SUV, coreano, automático, híbrido y cargado hasta arriba de ayudas a la conducción es la antítesis de lo que me gusta. Pero he de reconocer que el nuevo Kia Sportage Híbrido me ha gustado. Incluso lo podría tener como coche de diario, aunque eso sí, compartiendo garaje con un coche deportivo y que te exija un poquito a la hora de conducirlo. ¿Me estaré haciendo mayor?
¿Cómo es la gama del Kia Sportage?
En los últimos años, el Sportage ha sido uno de los coches más vendidos de Kia. Se trata de un SUV de 4,52 metros de largo que va por su quinta generación. Destaca por diseño, equipamiento, espacio interior y gama de motores.
En este último apartado lo podríamos considerar como una referencia en el segmento, ya que encontramos versiones para todos los gustos y necesidades: gasolina (150 CV) y diésel (116 CV) con pegatina C, algunas de ellas con un sistema de hibridación ligera a 48V y etiqueta ECO (diésel con 136 CV y gasolina con 150 y 180 CV), híbridas normales con pegatina ECO (de 230 CV) e híbrida enchufable (265 CV) que le corresponde la pegatina 0.
En función de la versión puede tener caja de cambios manual de seis relaciones y dos cajas automáticas: una mediante convertidor de par y seis velocidades y otra de doble embrague, con siete marchas. En cuanto a la tracción, puede delantera o total.
El Kia Sportage está disponible con cuatro acabados: Concept, Drive, Tech y GT-Line. El protagonista de nuestra prueba es la variante híbrida de 230 CV, tracción delantera (se puede elegir con tracción 4×4) y acabado GT-Line.
¿Cómo es por fuera el Kia Sportage?
Lo primero que nos llama la atención es su atractivo diseño con un frontal en el que destaca la parrilla de gran tamaño, en la cual se integran sutilmente los faros de led delanteros. Además, las luces diurnas de led tienen una forma característica a modo de boomerang.
En el lateral, las formas evidentemente son de SUV, con una carrocería elevada 17 cm y unos montantes y techo que en este acabado GT-Line van pintados en negro brillo al igual que los pasos de ruedas y la carcasa de los retrovisores.
En la parte trasera destaca su portón con un diseño similar al del Kia EV6 y un limpiaparabrisas escondido en la parte superior, por que hace que toda la zona quede despejada. Los pilotos traseros también son de led, cosa que no sucede con las luces de la matrícula, que utilizan la clásica bombilla quedando un poco extraño en un coche tan moderno y tecnológico.
¿Cómo es el interior del Kia Sportage?
Una vez abrimos la puerta, la primera sensación es que nos encontramos en un coche de un segmento superior por diseño y calidad percibida. Su postura de conducción es buena, con unos asientos que, en este acabado GT-Line, recogen muy bien el cuerpo, van tapizados en cuero, tienen reglaje eléctrico y cuentan con calefacción y ventilación. Todos los mandos quedan muy a mano y la visibilidad es buena.
El salpicadero está fabricado en plástico blando y los ajustes son correctos sin apreciarse en ningún punto materiales cortantes o mal rematados. Eso sí, el negro piano lo encontramos en varias zonas, al igual que en la zona donde tenemos el selector circular del cambio, por lo que para mantenerlo totalmente limpio, deberemos de pasar un trapo habitualmente.
Preside el salpicadero dos pantallas de 12,4” unidades entre sí y en forma curva, para orientarlas hacia el conductor muy similar a lo que hemos visto en los últimos modelos de BMW como el iX o el i4. Van voladas y no ofrece ningún tipo de cubierta. Pese a esto, es sorprendente la excelente visibilidad incluso cuando el sol incide directamente sobre ellas.
La resolución es muy buena, al igual que el nivel de información tanto de la instrumentación como del sistema multimedia, que además resulta muy intuitivo de manejar y la velocidad de proceso es rápida. Una cosa destacable, es que después de casi 4.000 kilómetros realizados con el Sportage, el sistema multimedia no se ha quedado colgado en ningún momento, algo que no suele ser habitual en otros modelos del segmento.
En ambas pantallas, se puede proyectar la imagen de las cámaras exteriores. Por ejemplo, cuando ponemos los intermitentes, en las esferas de velocidad o cuentavueltas, se ve la imagen captada por unas cámaras ubicadas en los espejos retrovisores que ayudan a mejorar la visibilidad lateral y eliminan el temido ángulo muerto. En la pantalla central podemos proyectar las imágenes de las cámaras 360, con una resolución muy buena incluso de noche.
Para manejar el climatizador (que resulta potente y muy rápido a la hora de enfriar), lo podemos hacer desde la propia pantalla de 12,4” o desde un práctico panel táctil ubicado debajo de los aireadores, que pulsando un botón, aparecen los mandos para manejar el climatizador o los botones del sistema multimedia, algo que facilita mucho su manejo siendo muy intuitivo.
Las plazas traseras ofrecen buen espacio. El respaldo se puede regular en inclinación y dispone de climatizador independiente para esta zona. Además, los asientos de los extremos van calefactados.
En cuanto al maletero se accede mediante un portón con apertura eléctrica. Tiene una capacidad de 587 litros (uno de los más grandes del segmento). Va bien iluminado con una bombilla de led, tiene doble fondo y sus formas son regulares. Eso sí, las paredes laterales están fabricadas en plástico duro (no va tapizado) por lo que resulta muy propenso a que se arañe con facilidad a la hora de llevar cosas en el maletero.
¿Cómo va en marcha el Kia Sportage?
El Kia Sportage Híbrido desarrolla 230 CV y 265 Nm. Emplea un motor gasolina 1.6 de cuatro cilindros con turbo y uno eléctrico de 60 CV que se alimenta de una batería de 1,49 kWh. Esta va colocada debajo de la banqueta de la segunda fila de asientos.
En marcha su funcionamiento resulta agradable y el cambio entre un motor u otro es prácticamente imperceptible, excepto por el sonido que genera el motor de combustión cuando está funcionando. El motor eléctrico es capaz de mover el coche con soltura. Incluso tiene fuerza para, por ejemplo, salir de una rampa de garaje con mucha inclinación.
En ciudad si somos suaves con el acelerador, y mientras tenga batería, se moverán en modo eléctrico. Incluso en carretera, a puntita de gas, podremos desplazarnos en este modo con el motor de combustión apagado. Eso sí, tenemos que tener en cuenta que la batería no tiene mucha capacidad, por lo que el motor térmico funcionará en cuanto se agote o necesitemos un extra de potencia.
Durante mi prueba, he conseguido realizar hasta 14 kilómetros en modo EV (eléctrico), sin que el motor de gasolina entrará en funcionamiento. En este caso las condiciones fueron muy favorables y en las bajadas pude ir recargando la batería con la frenada regenerativa.
Después de leer todo esto, pensarás que el consumo medio del Sportage es bajo. Pero nada más lejos de la realidad, ya que para mi es una de sus grandes pegas. Después de 3.860 kilómetros el completo ordenador de a bordo marcaba 7,9 L/100 km, pero vamos a analizarlo por partes.
Si contamos con que disponemos de una potencia de 230 CV, una carrocería voluminosa y un peso total de 1.649 kilos el consumo no parece del todo elevado. El problema viene si lo comparamos con sus rivales directos como el Ford Kuga 2.5 FHEV o el Toyota Rav4 Hybrid. Entonces el consumo medio sí que resulta elevado, ya que el Kuga gasta entorno a un litro menos cada 100 kilómetros y, en el caso del Toyota, puede llegar hasta 1,4 litros menos para hacer 100 kilómetros.
Esto se puede achacar a muchos factores, como el uso de un motor turboalimentado en el caso del Kia (atmosférico con mayor cilindrada en los otros dos), pero uno de ellos y que creo que resulta determinante es por el tipo de caja de cambios empleada. En el caso del Kia, tenemos una mediante convertidor de par de seis relaciones como la de un coche normal, es decir va cambiando entre una marcha u otra de manera automática o incluso podemos cambiar de manera manual con las levas del volante. A mi sinceramente me gusta este tipo de cambios, ya que, si lo pones en modo Sport, hasta tiene su gracia pese a tratarse de un coche híbrido.
En el caso del Toyota RAV4, la caja de cambios es de tipo engranaje epicicloidal, que resulta menos emocionante para disfrutar de la conducción pero que resulta mucho más eficiente a la hora de reducir el consumo medio de combustible. Lo mismo sucede en el Ford Kuga, una aburrida caja de cambios por variador continuo.
En el caso del Sportage, si somos cuidadosos con el acelerador, la cifra puede bajar hasta los 7,2 L/100 km y si nos empleamos muy a fondo, podemos ver cifras entorno a los 6,2 L/100 km.
En cuanto a su comportamiento es bueno con un tacto de dirección y frenos muy agradable pese a contar con la frenada regenerativa. Además transmite una buena calidad de rodadura, con un aislamiento del exterior notable. La suspensión, tiene un tarado tirando a confortable, aunque eso sí, a alta velocidad y en zonas donde el asfalto se muestra irregular, se echa en falta un poco más de absorción en los amortiguadores ya que tienes la sensación de que no están trabajando de manera óptima con leves cambios de trayectoria, prácticamente inapreciables, pero que tienes que corregir muy levemente con la dirección. Tal vez con un amortiguador de mayor calidad esta sensación desaparecería.
¿Cómo es el equipamiento del Kia Sportage?
Con el acabado GT-Line el Kia Sportage puede llevar todo lo que te puedas imaginar… incluso un poquito más. Lo más destacable y que en otros coches de la competencia es un extra, o directamente no está disponible, es lo siguiente: faros delanteros de led matriciales con un buen funcionamiento y una calidad de iluminación muy aceptable, asistentes a la conducción de todo tipo, que no resultan excesivamente intrusivos y que están para lo que tienen que estar y no para desconectarlos nada más arrancar, porque su funcionamiento sea desesperante.
También tenemos un sistema de aparcamiento automático desde el exterior (se controlada con el mando de acceso al vehículo, muy sencillo de utilizar y muy práctico en ciertas ocasiones), climatizador trasero, tomas USB y USB-C, perchas tras los asientos delanteros para colgar una chaqueta, cargador de smartphone por inducción, frenada automática al aparcar, cámaras periféricas con función 3D, acceso y arranque manos libres, techo panorámico, volante calefactado, llantas de aleación de 18” y sistema de navegación.
¿Cuánto vale el Kia Sportage?
Con todo esto, el Kia Sportage de nuestra prueba sale por 45.059 euros, al que habría que sumar 500 euros por la pintura metalizada, es decir en total cuesta 45.559 euros.
Eso sí, la gama híbrida arranca en 37.058 euros si elegimos el equipamiento Drive, que evidentemente no viene tan completo como el GT-Line pero tiene un equipamiento de serie muy aceptable.
En cuanto al modelo es sí, arranca en 29.112 euros para la variante de gasolina 1.6 T-GDI con 150 CV y acabado Concept. En el extremo opuesto nos encontramos la versión híbrida enchufable con 265 CV, tracción total y acabado GT-Line que asciende hasta los 52.327 euros.