El grueso de los vehíciulos llamadaso a revisión fue vendido en los mercados de estados Unidos, Canadá y, en menor medida, México y otros mercados. Del mismo modo, el grupo norteamericano ha llamado a consulta a 184.125 unidades en todo el mundo, a causa de un eventual defecto en el sistema de retención que puede provocar un mal funcionamiento del airbag.
En esta última tanda, Chrysler ha detectado tres problemas. El primero, relacionado con un posible cortocircuito en los sistemas eléctricos de sus retrovisores pues el agua se filtra, viéndose afectados todos los Jeep Wrangler fabricados entre 2011 y 2013. El segundo tiene relación con un fallo en el alternador del Jeep Cherokee, del Chrysler 300 y de los Dodge Durango, Charger y Challenger equipados con el motor V6 de 3.6 litros en donde se puede llegar a parar el propulsor.
Este problema también puede causar fallos en el sistema eléctrico así como anular la dirección asistida, el ABS y el ESP, e incluso causar pequeños incendios. De momento, por fortuna no se han reportado accidentes.
Por último, la tercera avería afectaría al sistema de retención que puede provocar un mal funcionamiento del airbag de 470.000 unidades del Jeep Grand Cherokee y del Dodge Durango –fabricadas desde 2011 hasta al actualidad–, pudiendo llegar a tener cortocircuitos eléctricos internos que podrían provocar que las luces de aviso de los airbags se iluminen, derivando en que los airbags y los pretensores de los cinturones de seguridad queden deshabilitados.
En total, más de un millón de vehículos del Grupo Chrysler llamados a revisión en los últimos días: 470.000 con fallos en los retrovisores, 437.000 con problemas en el alternador y 184.000 con averías en los airbags
Con esta campaña de prevención, el total de unidades que han sido requeridas por los fabricantes para pasar por el taller en Estados Unidos, en lo que va de año, asciende a 51 millones; donde más de la mitad –30 millones– corresponden a vehículos de General Motors.
