Una de las grandes referencias en el segmento de los pick up, la Toyota Hilux, se pone al día con su octava generación y después de 47 años en el mercado tras la renovación de dos de sus grandes rivales, la Nissan Navara y la Mitsubishi L200. Aunque los cambios exteriores no son notorios estéticamente, sí que ocurre esto tanto en el interior como en equipamiento.
Una pantalla táctil de 7 pulgadas complementa a la perfección una reducción del número de botones, los cuales solo están presentes en la parte baja de la consola central para controlar la climatización, la reductora y los elementos de seguridad como el ESP o el sistema de tracción. Como era de esperar, el salto en equipamiento es grande, y ahora incluye de serie 7 airbags, acceso y arranque sin llaves, pantalla a color de 4,2 pulgadas en el cuadro de relojes o asientos delanteros calefactados, entre otros.
Las dimensiones crecen, situándose ahora en 5,85 metros de largo -9 centímetros más que su predecesor- y 1,85 de ancho -2 centímetros más-, siendo esta última cifra idéntica en la altura –donde baja 0,5 centímetros-. Esto le permite contar con un espacio interior más grande para sus ocupantes, reduciendo a su vez las filtraciones de ruido y vibraciones del exterior. Además, aumenta su capacidad de carga.
En lo referente a la rigidez, su actual chasis mejora un 20% en este aspecto y cuenta con mayor seguridad, absorbiendo un 15% más de fuerza en las colisiones. Igualmente, puede remolcar hasta 3.200 kg, y no continúa con grandes capacidades fuera del asfalto debido a la tracción total, reductora y diferenciales de deslizamiento limitado tanto en el eje anterior como en el posterior.
Por último, los dos motores con los que estará disponible serán dos D-4D, un 2.4 de cuatro cilindros, 150 CV y 400 Nm de par motor, y un 2.8 de 177 CV y 450 Nm. El primero puede escogerse con tracción 4×2 y cambio manual de 6 relaciones o 4×4 con una caja automática, mientras que el segundo solo estará disponible con la última opción. El consumo se ha visto reducido en un 9% comparado con la generación anterior, cifrándose en 7,3l/100km para el motor menos potente y en 8,5l/100km para el de mayor cilindrada.