El modelo se reconoce inmediatamente como un deportivo, por su carrocería, ancha y baja de 4,2 metros de largo. Estos elementos se combinan con una altura total muy rebajada -tan solo 1160 mm- y un capó increíblemente bajo que ha sido posible gracias al compacto tamaño de su motor rotativo.
En cuando a su exterior, se ha elegido un tono rojo especial que transmite deportividad y profundidad. El diseño responde a los criterios de la filosofía KODO, que elimina todo lo prescindible para crear líneas puras.
¿Supondrá este RX-Vision una vuelta a la producción en serie de los motores rotativos de Mazda?