Por tanto, AMG Sport desaparecería y los motores de AMG no serían tan exclusivos, hasta ahora ensamblados desde el principio hasta el final por una misma persona, la cual acababa firmándolo. Así, el escalón de entrada a AMG se rebajaría tanto en precio como en potencia, y el primer síntoma e ello sería el Mercedes-AMG SLC 43, que sustituye al AMG de la versión anterior y cuenta con el propulsor en cuestión.
Además, esta nomenclatura iría asociada también a todos los modelos de Mercedes -por ejemplo, el Clase C AMG Sport pasaría a ser el C 43- pertenecientes a la variante AMG Sport. Sea como fuere, estas versiones también están ‘tocadas’ por AMG -suspensiones, frenos, dirección, puesta a punto, diseño…-; y representan una estrategia comercial para que mucha más gente pueda presumir de tener un Mercedes-AMG en el garaje.