Cualquiera podría pensar que un modelo que lleva a la venta 37 años podría estar anticuado y los clientes habrían preferido comprar otro coche de características similares. Nada más lejos de la realidad. El Mercedes-Benz Clase G ha ido recibiendo ligerísimas modificaciones -casi todas referentes a la tecnología y a los diferentes sistemas de seguridad- a lo largo de su vida comercial para fomentar la buena salud de sus ventas, y vaya si lo ha conseguido. Este año ha producido una cifra récord de unidades: ya se han superado las 20.000.
De este modo, la planta de Magna Steyr de Graz -donde se produce desde 1979-, en Austria, continúa -y continuará- a pleno rendimiento con la fabricación del Mercedes-Benz Clase G. Y es que el todo terreno alemán ofrece unas aptitudes fuera del asfalto difícilmente alcanzables para sus rivales. Generalmente, por lujo, comodidad y capacidades solo podría compararse con el Land Rover Range Rover. No obstante, hay versiones como el 65 AMG de 612 CV o el 4×42 largo que son incomparables.
La unidad encargada de atestiguar la fabricación de 20.000 de ellas ha sido un G 63 AMG de color blanco. Esta variante equipa un propulsor de gasolina biturbo de 5.5 litros con 571 CV de potencia -acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h-. En total, desde el inicio de su comercialización, se han vendido más de 250.000 unidades del Mercedes-Benz Clase G. “Este hito confirma la alta demanda del modelo y la alta calidad de nuestros vehículos, algo muy apreciado por nuestros clientes”, declaró Gunnar Guthenke, responsable de la división de todo terreno de Mercedes-Benz.