Los mejores miradores de carretera

Repartidos por las principales rutas de la red de carreteras, los miradores adornan el trayecto con vistas que ayudan a apreciar el camino.


Viajar no solo es ir de un punto A un punto B, puede ser mucho más. Estamos ante ventanas a la geografía española, pero también ante excusas para detenernos y paladear un poco mejor el camino, y por supuesto, sacar una buena fotografía. Pero ocurre que, de hecho, a veces los miradores son incluso destinos en sí mismos. Estos podrían ser la excusa para un nuevo viaje sin muchos más aditamentos.

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Miradores de Riaño, León

No es uno€ porque hay varios. Cuando el rio Esla se amansa y el Pantano de Riaño luce sus mejores niveles hay varios puntos que animar a parar y contemplar las montañas que rodean esta gran masa de agua. La N-625 es una carretera mágica. Desde su punto más alto en el Puerto de Tarna, hasta las famosas curvas de la presa de La Remolina, ya en la N-621, tenemos un recorrido fantástico.

No suele haber problemas para estacionar nuestra autocaravana y disfrutar de estos escenarios. Montañas que guardan su cuota de nieve a pesar de estar en verano y prados con decenas de tipos de verdes. Escenario perfecto para una escapada.

Mirador del Fitu – Picu Pienzu, Asturias

Cuando hablamos de vistas, lo mejor es ir al norte. Siguiendo la AS-260 de Arriondas a Colunga encontramos el Picu Pienzu, en la Sierra del Sueve, que nos espera como si de un trampolín al cielo se tratase. Este mirador implicó en su construcción a todos los vecinos de la zona, convencidos de que realmente tenían algo importante entre manos.

Desde luego que así era, y el mirador recibió ayudas económicas de muchos asturianos convencidos, ya en 1927, de que este extraordinario paisaje merecía una parada. Al fin y al cabo, aquí se aprecian desde los escarpados picos de montaña de la Reserva Natural del Sueve, hasta la línea de costa con sus consiguientes playas. Ribadesella, Caravia, Columba y Villaviciosa aparecen también en el horizonte, como también la conocida Cangas de Onís (e incluso en los mejores días, la ciudad de Gijón), todos ellos episodios de una historia todavía por escribir. Pero esta historia necesita un punto culminante, y eso lo otorga el Picu Pienzo, de 1.149 metros de altura y considerada una de las cumbres más cercanas del mar de todo el mundo.

Mirador del Puerto del Pico, Ávila

La N-502 reserva, a medio camino entre Madrid y Ávila (aunque más cerca de la segunda que la primera) este mirador extraordinario que a 1.391 metros sobre el nivel del mar permite divisar el Macizo Oriental, la Sierra de Gredos al Oeste e incluso la cuenca del Alberche, con sus correspondientes picos, por el norte.

Hay aparcamiento y de él surgen diversas rutas de senderismos que harán las delicias de los caminantes, no solo de los dueños de una buena cámara fotográfica. Al sur nos espera el barranco de las Cinco Villas, con su revirada carretera puntuada por villas como Cuevas del Valle, Villarejo, San Esteban o Mombeltrán.

La vista también incluye una calzada romana del siglo II antes de Cristo, parte de una red de caminos de la Sierra de Gredos que comunicaba distintas áreas de Ávila. Esta es una de las joyas romanas de toda la península, como lo es todo el puerto del ganado transhumante que aún sobrevive en estas áreas rurales. Como vemos, mucho que hacer y que aprender.

El Mirador de Formentor, Mallorca

Mallorca bien merece un salto. Y el mirador de Formentor desde la carretera del puerto de Pollensa, y que permite una vez ascendida su escalera de piedra admirar las bondades del paisaje isleño, aún otro desplazamiento adicional.

El cabo de Formentor está considerado el punto de encuentro de los vientos, un simbolismo que solo comprenderemos desde arriba, mirando las múltiples texturas de la sierra de Tramuntana. En efecto, estamos en un punto ventoso, imponente, y los escarpados y tremendos acantilados bajo nuestros pies sin duda lo demuestran, puesto que encogen aún más el corazón. Lo que no oculta sino que más bien refuerza el tremendo romanticismo del lugar, un mirador desde el que podremos disfrutar de atardeceres y amaneceres inolvidables. Hay parking y un kiosko para consumir un refresco y reponer fuerzas.

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