Estamos en una tierra capaz de proporcionar al visitante calor y playa hasta que no pueda más, con pueblos costeros como Jávea, Altea o Denia. Pero si hablamos de hartarse, mejor esperar a diciembre para disfrutar de todo lo que su abundante materia prima tiene que ofrecernos en estas fechas tan señaladas.
Alicante es, en efecto, la tierra del producto navideño español por antonomasia, el turrón y el juguete.
Un viaje a Jijona nos demostrará cómo es de importante este dulce protegido por las autoridades alicantinas, cuyo porcentaje de consumo se produce casi íntegro en Navidad. Las fábricas de turrón están ahí para que las admiremos, y su casco histórico está repleto de tiendas preparadas para mostrárnoslos con todo lujo de detalles. El duro, el blando y el de guirlache están muy por encima de los de fruta, chocolate y sabores «del más allá». El turrón es turrón y la gente valora esa calidad de siempre con productos de siempre.
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Por supuesto, que es obligatorio visitar el Belén que habitualmente se coloca en el sur de la ciudad, un evento propio de esta época y que en la localidad se toman muy en serio. No obstante, si ya ha pasado Nochebuena, no pasa nada. Una vez superemos las fechas navideñas, la industria sobrevive con el chocolate, para el que no hay límite de disfrute establecido. La zona no cuenta con muchos equipamientos para las autocaravanas, pero siempre se puede pernoctar en la zona sur del pueblo o cerca del instituto.
El segundo producto estrella de Navidad son los juguetes. Es algo que recordaremos cuando fuimos niños, y que debemos tener en cuenta en un viaje familiar en autocaravana como el que os ocupa: muy probablemente nuestros pequeños pasajeros estén esperando los suyos.
Estamos de suerte, pues en Alicante los Reyes Magos llenan sus fajos y bolsas con juguetes de todo tipo, como se aprecia especialmente en la localidad de Ibi, población donde se concentran decenas de empresas que surten de productos a jugueterías españolas y de toda Europa. Hasta el «gordito» de Papa Noel, acude a esta población para cumplir con los deseos de algunos niños y mayores.
Allí podremos alojarnos incluso en el Hotel del Juguete, llamado así por una razón obvia que encantará a nuestros hijos pero también a todos aquellos que aún lleven un niño dentro de sí. Se trata de un moderno negocio con vocación familiar y decorado temáticamente con los principales juguetes de la actualidad, desde Playmobil hasta Lego, Barriguitas o Nenuco.
Además, está a poco más de veinte minutos de la playa. Pero como estamos en pleno viaje en autocaravana, quizá prefiramos echar mano del área de descanso del Passeig dels Geladors, en plena localidad, más que suficiente para descansar y establecer nuestra base de operaciones. El Museo del juguete y el Museo del Videojuego de Ibi acabarán por rematar esta visita temática.
Dejando de lado el aspecto lúdico y apostando por uno más tradicional, Alicante todavía nos reserva otros dos productos bien distintos que bien justifican mover nuestra autocaravana. El primero es la uva, una fruta que esta Nochevieja se consumirá tal cual pero que además ofrece una gran variedad de vinos a degustar siempre con prudencia. El gran productor de uva de la región es la empresa Uvasdoce, que surte el mercado español y europeo con la mejor uva de mesa posible realizada con las técnicas más ecológicas y modernas.
En su generosa cantidad de hectáreas repartidas en seis grandes fincas producen uvas desde el verano hasta diciembre, ofreciendo una excusa para un nuevo concepto vacacional: la ruta del vino alicantino en autocaravana.
Visitar las zonas de La Marina y Vinalopó, los dos grandes enclaves de producción de uva, nos puede reportar muchas satisfacciones a poco que seamos aficionados a los buenos caldos. La primera está al norte de la provincia, y la segunda al sur, por lo que «navegar» de una a otra con nuestra autocaravana es la excusa perfecta para conocer toda la región.
El segundo gran producto tradicional alicantino, ideal para las fechas navideñas, es la flor de pascua o poinsettia, desarrollada aquí por el particular y excelente clima alicantino. La llamativa y roja flor, que en realidad es oriunda de México, no requiere riego continuo por lo que es una buena opción para decorar nuestra vivienda (o autocaravana) en estas fechas tan apropiadas, incluso si no estamos mucho en casa.
Muchos de los viveros están en Mutxamel y Elche, sobre todo, y en particular los viveros Muñoz y los Viveros Amorós. Se trata de negocios familiares que proporcionan macetas a los alrededores y a todo el territorio español, y que por tanto hacen su agosto en diciembre gracias a esta roja y preciosa planta.
Una vez en Elche, dispuestos a surtirnos de macetas, podemos aprovechar y disfrutar del resto de ofertas de la localidad, como un tranquilo paseo por la playa de Arenales del Sol o por los jardines del Huerto del Cura, un jardín botánico poblado de palmeras (nada menos que 13.000 metros cuadrados) conocido y admirado en todo el mundo. El palmeral de Elche casi nos transporta hasta Palestina y al nacimiento del Niño Jesús.
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