Es la tercera entrega de una trilogía compuesta por el McLaren F1 de 1992, el McLaren P1 de 2013 y, ahora, el McLaren W1 de 2024. Del primero, el más exclusivo y mitificado, sólo se produjeron 106 unidades. Del segundo 375 ejemplares y del tercero, el recién llegado W1, se van a hacer 399 réplicas.
Están todas vendidas. Antes de que McLaren pusiera la maquinaria para construirlas, se encargó de adjudicarlas a quienes corresponda. Y de quedarse alguna unidad, supongo. Y no es barato porque tener uno de estos en tu garaje implica el pago de 2,4 millones de euros. Eso sí, incluye cuatro años de mantenimiento y personalización casi a la carta.
O sea, que no hagas cuentas porque olvídate de comprarlo. Quizá de segunda mano tengas suerte en un tiempo, pero a buen seguro se habrá revalorizado por encima de los 2,4 millones. Es lo que tiene la exclusividad…
Tiene una impresionante carrocería de 4,63 metros de largo y tan sólo 1,18 metros de alto. Hay aerodinámica activa y sus puertas son de apertura de tipo alas de gaviota ya no sólo por el componente estético, sino también porque este diseño optimiza el trabajo de refrigeración, que no es poco.
Su sistema de impulsión es hibrido enchufable, pero en realidad la parte enchufable es poco aprovechable porque la batería es de 1,38 kWh de capacidad y homologa 2 km de autonomía eléctrica. Pero bueno, para maniobrar y tal, está bien.
Hay 1.275 CV de potencia y 1.340 Nm de par, ni más ni menos. Se consiguen con la combinación de un propulsor 4.0 V8 biturbo de 928 CV y un motor eléctrico de 347 CV. Este último es muy compacto y pesa sólo 20 kg, por cierto. Ah, y todo atrás. El McLaren W1 es un estricto coche de propulsión, no de tracción total.
El coche, con monocasco de fibra de carbono, pesa sólo 1.399 kg por lo que hablamos de una relación peso potencia cercana al kilo por caballo, lo que es una brutalidad. No es de extrañar, entonces, que acelere de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos, de 0 a 200 km/h en 5,8 segundos y de 0 a 300 km/h en 12,7 segundos. En menos de medio minuto te plantas en su velocidad máxima, fijada en 350 km/h.
La caja de cambio es de ocho velocidades y no tiene marcha atrás. No la necesita porque de esa maniobra se encarga el motor eléctrico invirtiendo el sentido de giro de su rotor.
Hay tanto que contar del McLaren W1 que se me estará olvidando algo seguro. Bueno, tiene neumáticos Pirelli P Zero Trofeo RS, que son casi de carreras, pero también puedes pedirlo con un par de opciones menos radicales, como los Trofeo R, que ya lo son bastante.
Hay un modo de conducción McLaren Race que adapta la suspensión y la aerodinámica del coche para que sea una bestia de correr en circuito. También encontrarás en el volante un botón Boost que libera todo el poderío a lo bruto y una tecla Aero que quita ángulo al alerón trasero, algo así como el DRS de la Fórmula 1.
Los asientos no tienen regulación porque van anclados directamente al monocasco de fibra de carbono. Pero puedes regular el volante y los pedales para adaptar la postura de conducción a tu talla.
Y qué más… Ah, los McLaren siempre han querido ser relativamente utilizables y prácticos. En este caso ese componente no es nada importante, pero hay un minúsculo maletero de 87 litros y un espacio tras los asientos de 117 litros. Así que puedes llevar algunas bolsas o un par de cascos.
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