Opel Corsa OPC 2015: rápido, pero sobre todo efectivo

Opel acaba de poner a la venta la versión más deportiva del Corsa: el OPC. ¿Será otro de esos urbanos deportivos que se quedan a medias?


En el mundo de los ciegos, el tuerto es el rey. Esa es precisamente la sensación que tenía hasta hace poco cada vez que me planteaba cuál era el mejor urbano GTI. Porque sí: a todos les solía faltar algo. El que tenía un buen motor, carecía de un chasis a la altura o viceversa; y, si estos dos aspectos estaban compensados, podías encontrarte con cierta falta de temperamento, o darte de bruces con un comportamiento aburrido. Por eso, al final, terminabas por dar el primer puesto al menos malo de todos. Y eso, cuando a uno le encanta este tipo de coches, resulta un tanto frustrante.

Por fortuna, las cosas han ido cambiando, tanto que llevo unos cuantos meses en los que, cuando me bajo de uno de estos coches, empiezo a echar cuentas para ver si puedo comprarme uno… Precisamente ahora voy a Bilbao a probar el último urbano GTI que se acaba de poner a la venta: el Opel Corsa OPC. El anterior, sobre todo en el caso de la versión Nürburgring –la más radical–, era un buen aparato. Veamos si ahora su sustituto sigue por los mismos derroteros.

Abro la puerta y me acomodo en unos bonitos semi baquets Recaro que, si no son los mismos que ya llevaba un Renault Clio RS de la anterior generación, debe faltarles poco. Eso es bueno, porque sujetan bien y quedan de lo más rácing. Por ponerles pegas, no estaría mal que permitiesen ir sentado un poco más bajo y con las piernas más estiradas. Los pedales son de aluminio, la instrumentación cuenta con algunos detalles que diferencian a este Corsa de la versión ‘normal’ –principalmente, el logo OPC– y tanto el pomo como el volante tienen ese aspecto rechoncho que caracteriza a los Opel OPC –y que a mí no terminan de convencerme; me resulta excesivo–. El resto del interior no varía: hay algunos plásticos que podrían ser un poco mejores y todos los mandos se manejan con facilidad.

Arranco con la llave y, unos segundos después, doy un par de suaves acelerones. El escape está firmado por Remus, pero su sonido es bastante más discreto de lo que esperaba. Al menos, es un sonido de verdad, que procede de la mecánica y no de los altavoces del equipo de audio… Me pongo en marcha. El cambio manual de seis velocidades se puede manejar con rapidez y siempre aciertas con la relación que habías pensado insertar; con eso, para mí es más que suficiente, pero si el pomo fuese un poquito más pequeño y el guiado de la palanca más metálico en vez de tan gomoso, sería un cambio sobresaliente.

Es rápido, sí, pero todavía es más efectivo

El motor 1.6 Turbo Ecotect de 207 CV del Opel Corsa OPC responde con bastante fuerza desde apenas 1.800 rpm y empuja sin desanimarse hasta cerca de las 6.000 rpm. El sonido sigue sin ser demasiado espectacular, ni siquiera al acelerar a fondo, y la entrega de potencia a alto régimen tampoco parece tan rabiosa como la del 1.6 THP del Peugeot 208 GTI o del DS 3 Racing. Aunque viendo la rapidez con la que se me acaban las rectas, no encuentro el más mínimo motivo como para poner en duda que sea capaz en pasar de 0 a 100 km/h en los 6,8 segundos que dice Opel. Mientras me dirijo a algunas de las reviradas carreteras que hay cerca de Bakio, aprovecho para comprobar que la suspensión firmada por Koni tiene un tarado firme, pero no resulta rebotona ni te hace ir dando esos pequeños y molestos botecitos que sí se dan en otros deportivos; vamos, que podría hacerme un viaje de 500 km tranquilamente. Esa suspensión, así como las llantas de 18″ con neumáticos Michelin Pilot Super Sport, los frenos con pinzas Brembo de cuatro pistones y discos de 330 mm de diámetro y un diferencial autoblocante de la firma Drexler Motorsport, forman parte del pack OPC Performance, que cuesta 2.320 euros. Ahora, en las curvas, tendré ocasión de comprobar si de verdad merece la pena pagar por él… y apenas me bastan un par de kilómetros a fondo para decir que sí: los neumáticos se agarran al suelo como ‘chicles’ y la suspensión contiene perfectamente los movimientos de la carrocería, al tiempo que copia con exactitud cada irregularidad de la carretera para que seas capaz de sentirla, pero sin llegar a descolocar el coche ni por un instante.

TÉCNICA: SIN CABLES

El pack OPC Performance incluye unos amortiguadores Koni con tecnología FSD – Frecuency Selective Damping–. Estos amortiguadores emplean unas válvulas que regulan el paso del aceite por su interior en función de la frecuencia con la que se comprime el amortiguador. Así, en los movimientos de alta frecuencia –un bache–, ofrecen un tarado blando; mientras que en uno de baja frecuencia –apoyo en curva– tienen uno más duro. Logran un mejor compromiso entre estabilidad y confort sin necesidad de ningún sistema electrónico de control.

Por su parte, el autoblocante te ayuda a meter el morro hasta el vértice de la curva como por arte de magia cada vez que aceleras a fondo con la dirección girada, y lo hace sin transmitir ningún brusco tirón a través del volante. Tan sólo en un par de curvas enlazadas, de esas que tomas a fondo y notas como el eje delantero tiende a despegar debido al cambio de peralte del asfalto, percibes un leve tirón que se controla con facilidad. Tras 20 km haciendo ‘sudar’ a los 207 CV del 1.6 Turbo, los frenos Brembo siguen deteniendo al OPC sin mostrar síntomas de fatiga, algo que no sería posible con las pinzas flotantes de serie. Todo esto es justo lo que tiene que hacer un coche así; por eso, si estás pensando en comprarte un OPC, el pack resulta imprescindible.

Por todo ello, el Opel Corsa OPC –con el pack OPC Performance– me ha gustado mucho. Los 23.220 euros que cuesta con el pack incluido le sitúan a la estela de un Renault Clio RS o un Peugeot 208 GTI 30 Aniversario, por lo que no me parece un precio desorbitado. ¿Es entonces el urbano GTI ideal? Bueno, puede serlo y, al menos a mí, me gusta. Pero depende de qué busques exactamente. Digamos que, en una escala del 1 al 5, el Peugeot 208 GTI ‘normal’ sería un 1 porque, en general, se queda un poco a medio camino de lo que debe ser un buen urbano GTI; un VW Polo GTI sería un 2, porque va muy bien pero se echa en falta un comportamiento un poco más radical y excitante; y un Peugeot 208 GTI 30 Aniversario, que es el urbano GTI más ágil y deportivo, pero también el más radical y exigente que hay en estos momentos –si exceptuamos cosas como el extremo Abarth 695 Biposto, que se sale de la escala…–, sería un 5. Pues bien, en esa escala de valores, un Opel Corsa OPC se situaría en el 4. Por eso, en función de lo ‘quemado’ que seas, puedes pensar que no estaría mal que el OPC hiciese un poco más de ruido, o que tuviese un comportamiento más crítico y con unas reacciones más vivas, o un tacto de suspensión más duro –si es así, será porque te gusta ir perdiendo empastes mientras conduces, pero no porque el coche vaya a ir mejor–… En ese caso, y si el 208 GTI 30 Aniversario tampoco te convence, tengo una mala noticia: ahora mismo nadie fabrica un urbanos GTI como el que estás buscando. Y, entonces, pensarás que los tuertos siguen siendo los reyes en el país de los ciegos.

Opel Corsa OPC 1.6 Turbo

Precio: 20.900 euros

Motor: 1.6 Turbo, 4 cilindros en línea; 207 CV a 5.800 rpm; 240 Nm –280 Nm con Overboost– de 1.750 a 5.800 rpm
Cambio: Manual, seis vel.
Tracción: Delantera
Prestaciones: 0 a 100 km/h en 6,8 seg.; vel. máx.: 230 km/h
Consumo: 7,5 l/100 km
Maletero: 285 litros
Peso: 1.293 kg

LO MEJOR Y LO PEOR

+ Relación prestaciones/consumo, comportamiento.

– Tendrás que pagar los 2.320e del pack Performance para tener el Corsa OPC ‘bueno’.

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