Naturaleza y ganas de disfrutar, son dos buenos argumentos para buscar los cañones más dramáticos que han creado los ríos españoles.
Cañón del río Leza, La Rioja.
El cañón del río Leza se ubica en una excelente área con multitud de rutas de senderismo y posibilidades. El río, en el área de Camero Viejo, forma un gran cañón que comienza en Soto de Cameros. Todo esto parece estar a un tiro de piedra, es un decir, en el propio mirador. Apodado mirador del Torrejón, este saliente ubicado en el trazado de la LR-250 entre Leza y Soto en Cameros tiene aparcamiento y un sendero que discurre desde las alturas perfecto para vislumbrar los seis kilómetros de desfiladero que se abre ante nuestros ojos.
¿Dónde aposentar nuestro vehículo? En el paseo España de Soto en Cameros hay un parking a orillas del río y en pleno centro del pueblo con diversos servicios que facilitarán nuestra vida familiar: un parque infantil y una fuente, además de una pista de juegos.
Para encontrar un área específica de autocaravanas habría que desplazarse hasta la no muy lejana Baños de Río Tobía, en la carretera de Badarán. Ahí hay un parking gratuito con vaciado de aguas negras y grises, y muchas posibilidades de ocio: desde visitar el pueblo hasta practicar piragüismo.
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Cañón del río Duratón, Segovia.
El Parque Natural Hoces del Río Duratón, cerca de Sepúlveda, es uno de esos tesoros castellanoleoneses al alcance de todos pero todavía por descubrir para muchos. Allí nos espera el cañón del Duratón conformado por el río entre Sepúlveda y el embalse de Burgomillodo, excavado minuciosamente dejando metros y metros de roca caliza al descubierto. Este tesoro a escasa distancia de Madrid es ideal para un fin de semana para ver buitres, comer cordero, excursiones en piragua y buenas vistas.
Para un área específica de autocaravanas quizá tengamos que ir hasta Carbonero el Mayor, en la salida 80 de la A 601, donde además encontraremos de estación de gas, restaurante, duchas, cambio de aguas… Más en harina, en Sepúlveda, hay numerosos parkings y zonas de picnic, como la de Navalilla (Travesía del Calvario) o Carrascal del Río, donde está prohibido pernoctar pero no reponer fuerzas.
Cañón del río Júcar, Cuenca
Cuenca es hermosa. Además de una ciudad accesible y culturalmente interesante para un fin de semana (largo), las maravillas naturales de su entorno sorprenden incluso al más veterano. La ruta que discurre por la PR-V 219 o ruta de los cañones del Júcar permite al caminante andar bastante y bañarse lo suficiente.
En la carretera, todo es igual de grandioso, tanto que necesitaremos parar para admirarlo. El mirador del Ventano del Diablo en Villalba de la Sierra parece una obra maestra de la ingeniería natural, y justifica por sí solo las leyendas rurales de la zona. De ahí directos hacia el barranco del Júcar, a poco tiempo y en la misma localidad, nos coloca justo en el borde de la Serranía conquense, con todas sus posibilidades deportivas y de ocio.
La enorme pared excavada con infinita paciencia por el Júcar merece una parada y dos. De aquí surgen numerosas rutas de senderismo muy conocidas por los aficionados, de dificultad moderada pero imponentes vistas.
Para nuestro vehículo, la Avenida de los Perales en Villalba de la Sierra nos ofrece un lugar seguro para resguardarnos cerca del río, mirar y descansar. Cerca, el camping de Uña en la CM-2105 nos ofrece algunas posibilidades más, con ducha, servicio, zona de baño… un punto de partida muy bueno para algunas rutas y actividades.
En Mariana, algo más al sur, hay un excelente espacio de particulares para pasar la noche entre árboles frutales y animales, con sombras y total tranquilidad. Se accede por un sendero que sale de la CUV-9116.
Cañones del río Sil, Orense y Lugo
En la Ribeira Sacra, a caballo entre Orense y Lugo, el río Sil ha formado un espectacular cañón hasta su desembocadura en el Miño. El valle formado es tan amplio que entre su principio y su final (una treintena de kilómetros) median varios embalses e incluso se puede recorrer en catamarán, sin duda un medio ideal para apreciar su grandeza.
El espectáculo es digno de ser contemplado, y sobre todo disfrutado. Al fin y al cabo, se trata de un ecosistema completo capaz de acoger todo tipo de especies, desde robles y castañares hasta multitud de aves rapaces que, con suerte, podremos divisar desde el Mirador do Duque, que ofrece una de las mejores vistas de una ruta llena de monasterios y buen vino gallego.
La ruta en carretera puede comenzar en Monforte de Lemos. Allí encontraremos muchos puntos para avituallarnos, pero tampoco vamos a estarnos quietos en un sitio. En A Pobra do Brollón se puede pernoctar en el propio pueblo. Y hay muchos más: Luintra (Camiño Grupo Escolar 33) dispone de un área de aparcamiento de autocaravana gratuita con todo tipo de servicios para nuestro vehículo (cambio de aguas) y nosotros mismos (piscina, posibilidad de hacer rutas en BTT o motocicleta). Aquí saldremos de cualquier apuro con comodidad, pero por si queremos más, hay otra área de caravanas en Rivas de Sil (Camiño da Lama, s/n), que añade un mirador e incluso panadería.
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