Es un tema recurrente, de rabiosa actualidad, y que cuyas dudas merecen ser despejadas. Y es que los conductores que están pensando en comprar un coche nuevo no saben a qué atenerse debido a las presiones ejercidas desde la esfera política en forma de impuestos al diésel o por la pérdida de credibilidad provocada por el ‘dieselgate’. Pero, ¿realmente es el final de este tipo de vehículos? No, y te vamos a explicar los motivos por los que el diésel no está próximo a desaparecer.
¿El motor diésel tiene los días contados?
No. A pesar de que existen grupos de presión que pretenden adelantar su fin, lo cierto es que a estas mecánicas les queda mucho camino por recorrer. Debido a la desinformación, son muchos los que piensan que cualquier coche diésel es mucho más contaminante que un equivalente de gasolina, y eso no es del todo cierto, como analizamos en profundidad en este otro artículo en el que explicamos cuánto contaminan los motores diésel y el resto de mecánicas.
Como ya contamos antes de verano, Jesús Casanova, catedrático de motores térmicos de la Escuela Politécnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, defendió para Autofácil esta misma postura. «No está previsto en absoluto que deje de emplearse [el diésel] en propulsores de gran cilindrada, o en aquellos que montan los tractores, excavadoras, camiones, SUV’s etc». Para los coches pequeños, sí que es posible que desaparezca el diésel, pero no por cuestiones relativas a la contaminación. »Lo que sí podría ocurrir es que desaparezca totalmente de los vehículos pequeños… pero por una cuestión de coste, no de validez del propulsor», explica.
¿Desaparecerá el diésel como carburante?
No, por una sencilla razón. El parque de vehículos español sigue dominado por los vehículos de gasóleo, con aproximadamente 18 millones de vehículos -4 millones más que de gasolina-, de los que 13 millones son turismos. Una desaparición del gasóleo como carburante incurriría en cuantiosos gastos, ya que gran parte de la población española tendría que sustituir su vehículo diésel por otro, una situación que sería insostenible. Además, prácticamente el 100% del transporte profesional utiliza este carburante.
Casanova lo tiene claro, no va a desaparecer: »La cuota de mercado de los propulsores de gasóleo no va a descender tanto como la gente se piensa. Van a seguir usándose en vehículos grandes, y van a seguir monopolizando los segmentos industriales; en los que es la única clase de propulsor», afirma. »Además, cada barril de petróleo contiene cierta cantidad de eso que llamamos gasóleo, de manera que mientras se siga refinando petróleo, se va a producir gasóleo y va a haber que dar salida a ese producto».
¿Los vehículos diésel no podrán circular en ciudad?
A este respecto, hay que matizar que solo los más viejos y contaminantes tendrán el acceso prohibido a las ciudades, aunque de momento son pocas las que han puesto en marcha planes de restricción. A partir de noviembre en Madrid se aplicará la nueva ordenanza de movilidad, que entre otras cosas, restringirá el acceso y el estacionamiento a determinados vehículos, entre los que se encuentran los diésel.
¿Significa esto que este tipo de vehículos tienen los días contados en las ciudades? Ni mucho menos. Y es que, si nos atenemos a esta nueva ordenanza madrileña, solo tendrán restringido el acceso al centro de la capital aquellos vehículos diésel matriculados antes de enero de 2006 y que, por tanto, no llevan etiquetado medioambiental. El resto sí podrá acceder a Madrid Central, pudiendo estacionar en aparcamientos públicos o privados. Una serie de vehículos autorizados -taxi, VTC y transporte público-, también podrán circular libremente por el centro, mientras que si eres residente en esta zona no tienes por qué preocuparte, puesto que está permitido circular, incluso sin etiquetado medioambiental.
El diésel, la mejor opción para viajes largos
No hay discusión posible acerca de este tema, y es que si vas a hacer una gran cantidad de kilómetros con el coche, la mejor opción sigue siendo el diésel. Por ejemplo, si se hacen más de 30.000 – 40.000 kilómetros al año. Los beneficios de este carburante se notan más en carretera o autovía a velocidad constante, donde se consigue bajar mucho el consumo si lo comparamos con un gasolina o un híbrido. Esto permite ahorrar dinero y aumentar la autonomía parando menos veces en la gasolinera.
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