Personajes

Entrevista con Dietmar Chalupa, probador de los neumáticos más deportivos de Dunlop

Enrique Espinós
Enrique Espinós
¿Te imaginas que te paguen por pilotar los mejores deportivos del mundo, a diario, y en el Nordschleife? Sí, en el mundo existen personas realmente afortunadas y Dietmar, que desarrolla los neumáticos más deportivos de Dunlop, es una de ellas.


  • Fecha y lugar de nacimiento: 25 de julio de 1965, en Gelnhausen –cerca de Frankfurt–, Alemania.
  • Estudios: Mecánica del automóvil.
  • Aparte de la conducción, ¿qué otros hobbies tienes? Me gusta montar en bicicleta de montaña pero, para relajarme, arreglo mi jardín. También me gusta ver deportes en TV: sobre todo, carreras de motociclismo. Por último, suelo salir a montar en moto con mi mujer y mi hijo.
  • ¿Y ninguno relacionado con la mecánica? ¡Por supuesto! Mi hijo tiene una moto café racer y, de cuando en cuando, le ayudo con ella en casa.
  • ¿Cuál fue tu primer coche? Un Opel Ascona de segunda generación.
  • ¿Y cuál conduces ahora? Un Volkswagen Touareg.
  • Por ´curiosidad´, ¿qué neumáticos lleva? Unos Dunlop SportMaxx –se ríe–, concretamente en medida 295/35 R21. –N. de la R.: atad cabos–.

Este fornido alemán, con apellido de origen checo y de sonrisa fácil, tiene muy claro que «nunca debemos dejar de perseguir nuestros sueños». Y su propia trayectoria constituye un perfecto ejemplo de lo anterior. «Desde que era pequeño, siempre deseé convertirme en piloto de pruebas. Tenía un montón de cochecitos con los que jugaba, pero creo que mi pasión por el desarrollo de productos se despertó el día que conseguí mi primera minimoto Bonanza, que reconstruí e incluso a la que añadí un sidecar para poder llevarme a mis amigos a conducir», rememora divertido. Años más tarde y, con su interés por la mecánica intacto, estudió un grado de esta especialidad y comenzó a trabajar como mecánico en un servicio oficial BMW. Y es que, a diferencia de la inmensa mayoría de pilotos profesionales, Dietmar «jamás» participó en ningún certamen de competición.

Lo que parecía una vida más o menos convencional cambiaría por completo en mayo de 1987, cuando Chalupa tuvo la oportunidad de participar como piloto en un test de duración de neumáticos… precisamente para Goodyear/Dunlop; el grupo para el que ha trabajado toda su vida. Desde entonces, no se ha bajado de un coche y, en 1989, tuvo lo que él denomina su primera «experiencia» en el Nordschleife, el mítico trazado histórico del circuito alemán de Nürburgring, de 20,8 km de longitud y conocido como el Infierno Verde.

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Dietmar lleva casi 30 años conduciendo a diario por esta pista pero, aun así –o quizá por ello–, siente un reverencial respeto por este circuito: «El Nordschleife todavía esconde secretos para cualquier piloto y resulta crucial no subestimarlo, ya que acumula un historial de accidentes y más accidentes». «La seguridad es lo primero aquí, y todo lo demás es secundario, creedme: siguiendo esa máxima, en estos 30 años sólo he tenido un percance, y muy leve», sentencia. Para evitar cualquier problema al entrar en el Infierno Verde, «es necesario encontrarse en perfecta forma, tanto a nivel mental –«si no estoy al 100%, no salgo a pista»– como físicamente»… algo en lo que no duda en bromear cuando le insistimos: «yo ´le doy´ a la mountain bike; mi mujer es la que controla lo que como».

ELIGE COCHE; QUE LO HA CONDUCIDO

Bromas aparte, sería estúpido no hacerle caso en todo lo que tiene que ver con el Nordschleife. No en vano, y por cuestiones de trabajo, Dietmar vive en las proximidades del circuito y sólo vuelve a casa los viernes por la noche –vive en Hanau, a unos 250 km de la pista–. «Menos mal que mi mujer y mis hijos me brindan todo su apoyo; mi esposa sólo me pide que la llame todas las noches para asegurarse de que estoy bien; no quiere saber nada más«, confiesa entre sonrisas.

dietmarchalupa3Pero lo más importante es que Chalupa ha probado, en esta pista, casi cualquier deportivo que se te venga a la cabeza: desde un BMW M3 a un M5, los Chevrolet Camaro y Corvette, los Porsche Cayman y 911 en la práctica totalidad de sus versiones –GT2 RS, GT3, GT3 GTS RS, GT4…–, los Mercedes C43, C63, AMG GT, GT-S y GT-R… ¡incluso un G63 AMG! Y si te estás preguntando cuál es su favorito, Dietmar no duda en señalar a los actuales 911 GT3 y GT2 RS como los vehículos «más agiles» que ha tenido la oportunidad de conducir. Por el contrario, indica que el Mercedes AMG GT-R es un coche «que plantea muchos desafios a la hora de ponerse a sus mandos».

El mayor reto para Dietmar está, precisamente, al volante de los vehículos de Porsche, BMW M y Mercedes AMG –N. de la R.: que siempre montan distinta medida de neumático en el eje delantero y trasero–, ya que «en ellos mi desafío particular consiste en evaluar el rendimiento conjunto de todas las gomas y lograr la combinación de neumáticos, en ambos ejes, que ofrezca las mejores prestaciones». Y es que lo que hace Dietmar supone un trabajo de lo más exhaustivo y exigente.

Así, «con tantos prototipos de modelos y tamaños de neumáticos para probar, y con ciclos de desarrollo de gomas cada vez más rápidos»; todas las mañanas «[yo y los ingenieros de desarrollo] preparamos los test previstos. Primero inspeccionamos muy bien tanto el vehículo de pruebas como los neumáticos que vamos a utilizar, y luego revisamos las condiciones de la pista y las meteorológicas. Y sólo cuando tenemos todo a punto, salgo a rodar. Conduzco con el máximo nivel de exigencia unas cinco horas cada día», comenta.

«ALGO QUE NO SE PUEDE APRENDER»

Chalupa forma parte del equipo de cinco pilotos que, actualmente, desarrollan neumáticos para Dunlop, aunque explica que «normalmente, es un único piloto quien se encarga de desarrollar una goma concreta», un proceso «que puede requerir entre 18 meses y tres años», asegura. Y si le preguntas qué cualidades son necesarias para realizar su trabajo y el de sus compañeros, Dietmar te responderá que «además de aptitudes mentales como una elevada concentración, es imprescindible poseer el talento para sentir y entender las diferencias en la dinámica de conducción de un vehículo». Algo que para él, se trata de «una cierta habilidad, un pequeño extra que, simplemente, no se puede aprender».

Por eso, Chalupa se siente muy afortunado de poder desarrollar un trabajo que «no es para todo el mundo». Según explica, «los pilotos, una vez que hemos terminado los test, mantenemos reuniones con los ingenieros y técnicos de desarrollo y les describimos, de primera mano, las prestaciones del neumático y qué creemos que debería mejorarse. Para ello, no es necesario que hagamos muchísimos kilómetros con los prototipo de cada goma, pero sí que estos sean muy intensos». «En un entorno donde los detalles más pequeños pueden marcar la diferencia –por ej., actualmente los neumáticos deportivos tienen unas prestaciones muy parecidas sobre asfalto seco, y sólo los especialistas, y al entrar en pista, pueden distinguir un modelo y otro–, debes ser muy consciente de lo que quieren tus clientes –N. de la Redacción: las marcas de coches–. Y, en base a ello, proporcionar, con una precisión casi exacta, las recomendaciones pertinentes a los equipos de desarrollo», argumenta cada vez más entusiasmado.

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«Es muy importante que [los pilotos] tengamos las sensaciones correctas porque, en cierto sentido, yo soy responsable de los neumáticos de un deportivo y de la conexión, incluso a un profundo nivel emocional, que establecen con el conductor. Pese a toda la tecnología, en nuestro trabajo no podemos ignorar el aspecto humano», dictamina. «Por eso, y en los neumáticos que ayudo a desarrollar, yo siempre trato de que, con ellos, el piloto disponga del máximo rendimiento en la dirección, además de una elevada estabilidad en cualquier maniobra».

EL DESAFÍO DE LOS NEUMÁTICOS

A lo largo de sus más de tres décadas de trayectoria profesional, Dietmar ha tenido lo que él denomina «muchos momentos memorables» en el trabajo, pero si hay algo de lo que está especialmente orgulloso, es del desarrollo del neumático Dunlop Sport Maxx Race 2 –lanzado en 2017 y una de las gomas que pueden montar, en origen, los Porsche 911 GT2 RS, GT3 y GT4, además del próximo GT3 RS–. «Fue un proyecto repleto de desafíos pero, al final, resulta asombroso cómo hemos mantenido las prestaciones de esta goma al más alto nivel a la vez que hemos logrado incrementar su durabilidad».

Y ese es el principal problema al que se enfrentan Dietmar y sus homólogos de cualquier marca a la hora de crear los neumáticos más prestacionales: «Hoy día, estas gomas han de cumplir con los requerimientos que les marca la etiqueta europea del neumático –N. de la R.: introducida en noviembre de 2012; indica las características de cada goma en cuanto a resistencia a rodadura, distancia de frenado sobre suelo mojado y sonoridad– a la vez que han de conseguir unas prestaciones cada vez más elevadas», manifiesta.

Debido a ello, y en un afán continuo de mejorar los neumáticos para los deportivos más exclusivos, Dietmar sigue dando, a diario, vueltas y más vueltas al Nordschleife… A los demás, no nos queda otra que envidiarlo.