Queda pendiente el protocolario paso por el Parlamento para su aprobación y publicación en BOE más un plazo necesario para que las aseguradoras actualicen compromisos… y tarifas.
El modelo vigente es obsoleto. En 1995 teníamos un parque de 19 millones de vehículos y en 2012 había pasado a ser de 32 millones lo cual implica más seguros recaudados y pasamos de 127.183 víctimas en 1995 a 117.793 (solo un 7,4% menos pero con un parque mayor) en 2012.
Pero la realidad es que somos parias europeos. Un caso real donde una viuda cobra en España unos 120.000€ y sus hijos 20.000€ cada uno en Italia habría supuesto 300.000€ y 100.000€ por hijo respectivamente. Si miramos a Francia las indemnizaciones doblan las españolas y en Alemania o Reino Unido se cuadruplican. Eso se traduce en la calidad de vida de esas familias o del lesionado superviviente. Otra broma que no nos cuentan es que en Europa es habitual que las aseguradoras reembolsen al Estado el gasto que suponen los lesionados (la media CE es de unos 220.000 €) pero en España las aseguradoras pagan los dos primeros años y el resto lo pagamos todos los españoles con nuestros impuestos, tengamos o no coche.
Visto esto resulta evidente que el sistema español necesitaba una reforma en profundidad pero lejos de tomar el toro por los cuernos la nueva reforma supondrá incrementos prestacionales de entre el 35 y el 50%, alejados de las prestaciones de países próximos. Esto no se explica desde el estudio de las necesidades de los lesionados o de viudas y huérfanos sino desde presiones de lobbies que no se han puesto del todo en la piel de la víctima.
¿Se pretende proteger las cuentas de las aseguradoras no exponiéndolas a compromisos demasiado severos? ¿Se pretende resolver el tema a medias porque de resolverlo correctamente generaría subidas de precios de seguros impopulares? ¿Se prevé que los españoles no alcanzaremos en renta a nuestros vecinos en décadas puesto que está claro que si hay subida de renta las indemnizaciones del nuevo baremo quedarán rápidamente superadas por la realidad? Sea como sea esta Reforma no será la última. Aceptémosla como una mejora temporal que en el futuro precisará revisión si es que importan las personas más que las cifras.
Estamos asistiendo a una guerra de precios de seguro que han situado a las aseguradoras en pérdida técnica en un escenario donde los intereses financieros ya no valen para tapar pérdidas en siniestros: ¡ha llegado el momento de cobrar por el riesgo que realmente se genera! Recordemos que las aseguradoras no son ONG y si no recaudan lo que gastan… quiebran.
Pero el consumidor de seguros suspende la asignatura de cultura financiera que es comprender para qué sirve el seguro: 117.793 víctimas sí conocen el efecto de pagar un bajo precio por el seguro de un coche. Si queremos prestaciones que realmente solucionen problemas habrá que comprender que hay un precio que pagar entre todos para que miles de españoles, aleatoriamente, sufran menos. Tantos como 117.793 en 2012.
Carlos Lluch, Director técnico de la correduría lluch&Juelich
