El 30 de noviembre de 2013 fallecían el actor Paul Walker, conocido principalmente por su papel protagonista en la saga de películas de A Todo Gas, y su amigo el piloto Roger Rodas debido a un accidente a bordo de un Porsche Carrera GT conducido por este último. Debido probablemente a la frustración de la pérdida de un ser querido, Kristine, la esposa de Roger Rodas, presentó una demanda contra el fabricante alemán por la falta de elementos de seguridad en el vehículo.
La mujer de Rodas alegaba que un coche de tales características debería disponer de una jaula de seguridad y una celda especial para el depósito de combustible -el coche en el que se accidentaron Walker y Rodas salió ardiendo-. En cualquier caso, el juez ha determinado que «el demandante no ha aportado ninguna prueba que demuestre que el accidente se produjese por defectos de fabricación del vehículo».
Además, Porsche se enfrenta también a demandas del padre y la hija de Paul Walker. Éstos últimos aluden a fallos de diseño y montaje del Porsche Carrera GT. Sea como fuere, el Departamento de Policía de Los Ángeles ya determinó en su día que la causa del accidente fue un exceso de velocidad: el vehículo circulaba a una velocidad de entre 130 y 150 km/h por una zona urbana. Asimismo, se especula con que las ruedas del coche habrían estado caducadas, algo que también podría haber influido de forma decisiva.