Te presentamos un ilustre y poco conocido veterano, un automóvil que tal y como salió de la fábrica de Steyr-Puch en Graz (Austria) hace casi cuarenta años resulta más eficaz en las condiciones todoterreno más severas que la mayoría de las preparaciones «extremas» que te hemos mostrado hasta este momento.
De la magnífica calidad de fabricación y prestaciones todoterreno del Pinzgauer te damos cumplida fe, tras una exigente prueba que ha superado sin despeinarse. «Sorprendente» sería decir poco, y ahora entendemos la devoción y el entusiasmo que su afortunado propietario siente por él.
El extraño y casi impronunciable nombre de Pinzgauer (pronúnciase «pinsgaua»), proviene de una raza de caballos de cría austriacos, típicos de la región de Graz, la segunda ciudad de Austria. Sitos en esta localidad, los ingenieros de Steyr-Puch (hoy Magna Steyr), especialistas en vehículos de tracción total y bien conocidos por sus trabajos para Mercedes-Benz, BMW, Fiat (Panda 4×4) e incluso Renault (Scénic RX4), recibieron en 1969 el encargo del ejército austriaco para sustituir su aún más compacto antecesor, el Haflinger.
El sucesor debía ser potente, ligero y eficaz en misiones todoterreno, y capaz de transportar hasta 10 personas en su interior. El departamento de ingeniería de Steyr desarrolló dos variantes: la más popular de dos ejes motrices y cuatro ruedas, y la que hoy nos ocupa y la más buscada por los coleccionistas, con tres ejes y seis ruedas motrices.
Las primeras unidades se entregaron en 1971 a diversos ejércitos centroeuropeos, y unas pocas se desviaron al mercado civil. Casi todos los Pinzgauer disponen de caja de carga abierta con techo de lona, pero hay versiones ambulancia y de comunicaciones que tienen la caja cerrada.
Un hacha como equipamiento de serie
La propulsión corre a cargo de un motor de gasolina de cuatro cilindros en línea, alimentado por un carburador de doble cuerpo y refrigerado por aire, que fue diseñado en exclusiva para este modelo. Para centrar las masas, el motor va situado por detrás del eje delantero, entre los asientos del conductor y el pasajero de la cabina. El acceso al motor se efectúa levantando una tapa en la cabina de pasajeros. Como dato anecdótico y sorprendente de este vehículo, cabe detallar que entre el escaso equipamiento de serie se incluye un hacha, instalada bajo el asiento del acompañante.
Gracias a la amabilidad y cortesía de TTM Xtrem, en Pelayos de la Presa (Madrid), hemos podido probar a fondo y en exclusiva una de las escasísimas unidades del 712M (6×6) que hay en nuestro país. Este vehículo ha servido como ambulancia en el ejército suizo, y actualmente y en perfecto estado de conservación, pertenece a un entusiasta aficionado que lo utiliza para desplazarse por una finca privada, pero también para viajes a Marruecos. Aprovechando el diseño básico de la ambulancia, la caja cerrada se ha aprovechado para crear un espacio de vivienda, que contiene todos los elementos para una cómoda acampada.
Si quieres conocer más detalles acerca de esta preparación del Pinzgauer 712M, lo puedes saber en el número 210 de Fórmula TodoTerreno, correspondiente a diciembre; la única revista mensual con difusión nacional sobre el mundo del todoterreno y la aventura.