Primera prueba del Opel Corsa-e: ¿es el eléctrico más interesante?

Poco a poco, los segmentos A y B están recibiendo modelos 100 % eléctricos. Algo lógico, dado que son modelos de dimensiones contenidas, ideales para los desplazamientos urbanos e interurbanos, que es donde más eficiente resulta este sistema de propulsión.

Opel Corsa-e: toda la información sobre este urbano eléctrico

Pero, dentro de este grupo, hay opciones que prometen un rango de uso más amplio. Es el caso del Opel Corsa-e, que tiene homologada una autonomía en ciclo combinado de 337 kilómetros, gracias a su batería de 50 kWh. Y no podemos obviar al Peugeot e-208, que mecánica y estructuralmente es el mismo coche.

Para la recarga, el Corsa-e incluye de serie un cargador de a bordo monofásico de 7,4 kW, que permite recargar la batería al 100 % en 7 horas y media a través de un Wallbox. Si equipa el cargador a bordo trifásico de 11 kW (cuesta 900 euros, más 330 euros del cable modo 3), el tiempo se reduce a 5 horas y 15 minutos. Además, el Corsa-e admite carga rápida con corriente continua con una potencia de 100 kW, de modo que se puede llenar la batería al 80 % en sólo 30 minutos.

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En lo que respecta al precio, el Corsa-e puede beneficiarse de las ayudas gubernamentales, por un total de 5.500 euros, a lo que hay que añadir el descuento ofrecido por la marca (2.000 euros en el acabado Edition y 2.600 euros en el Elegance). De este modo, está disponible desde 23.700 euros, una cifra que sigue bastante por encima del coste medio de los modelos de este segmento con motor de combustión, que está en torno a los 13.000 euros.

Opel Corsa-e: así es por dentro

Al igual que el resto de la gama Corsa, la versión eléctrica se caracteriza por un diseño muy sobrio del habitáculo. Aun así, dispone de elementos de última generación, como la instrumentación digital (con un aspecto más funcional que vistoso, eso sí). El acabado Elegance, el más completo, tiene un precio 1.300 euros superior al del Edition, y su equipamiento de serie añade elementos como los elevalunas traseros, el hueco central con tapa o las llantas de aleación.

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En lo que respecta a la habitáculo, buena integración de la batería permite que apenas haya diferencia respecto al modelo de combustión en espacio o maletero. Este último se queda en 267 litros, 42 litros menos.

Opel Corsa-e: así va

Mediante un selector ubicada en la consola central, se pueden seleccionar los tres modos de conducción: Normal, Eco y Sport. En el primero, que viene seleccionado por defecto, el motor entrega una potencia de 109 CV y un par máximo de 220 Nm, mientras que en el Eco se reducen estas cifras hasta 82 CV y 180 Nm. La potencia y par máximos (136 CV y 260 Nm) se obtienen en el modo Sport, en el que, además, la dirección se vuelve algo más dura. La transición entre los modos no es inmediata (pasan unos dos segundos hasta que se aprecia el cambio) y, a diferencia de otros eléctricos, la cifra de autonomía que aparece en el cuadro no varía.

Con el Sport activado, el Corsa-e es un coche muy rápido, tanto que es habitual ver funcionar el control de tracción al acelerar a la salida de las curvas. Algo que se debe en parte a que el chasis no tiene unos ajustes especialmente deportivos, pese a que el eje delantero es idéntico al del acabado GS Line, disponible en las versiones con motor de combustión. En cuanto al confort, resulta muy cómodo, aunque se escucha claramente tanto el ruido aerodinámico (a partir de 100 km/h) como un silbido procedente del motor.

Alcanzar la autonomía anunciada es complicado, salvo que se circule únicamente por ciudad y se haga un uso intensivo del modo Eco. En el comienzo toma de contacto, el ordenador de a bordo marcaba una autonomía de 270 kilómetros y, tras 100 km de recorrido (más de un 80 % por autopista y carreteras secundarias, alternando los modos Normal y Sport, y el aire acondicionado encendido), la cifra se había reducido en 130 km; un dato muy bueno dadas las exigentes condiciones.