A lo largo de los últimos meses, todos los fabricantes han introducido cambios en su gama, la mayoría de ellos a nivel mecánico para cumplir con la nueva normativa de emisiones Euro6d Temp y con el nuevo protocolo de homologación en condiciones reales WLTP, que entró en vigor el pasado 1 de septiembre. Pues bien, ahora les ha llegado el turno a los modelos altos de gama de Renault, es decir, al Koleos, al Espace y al Talisman -Berlina y Sport Tourer-.
Junto a las novedades mecánicas, los tres modelos han renovado ligeramente su equipamiento y algunos detalles estéticos. En el caso del Koleos, las modificaciones se limitan a la incorporación de nuevos sistemas de asistencia a la conducción y el Espace solo añade una atena de aleta de tiburón para la radio, además del filtro de partículas para el motor TCe 225 que estrena el Talisman. Para conocer todos los cambios del Talisman, hemos viajado a París y nos hemos puesto al volante del nuevo TCe 225 EDC FAP.
Por fuera no hay ninguna modificación, pero dentro se ha mejorado la calidad de algunos plásticos, concretamente de los que están ubicados en la parte inferior de la consola central, que incorporar una espuma interior para ser más blandos y transmitir una mejor sensación al tacto. De la misma forma, Renault ha prestado especial atención al acabado de los cueros con pespunte, al satinado de los insertos cromados y al guarnecido de las puertas.
Mejor equipado
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La otra novedad tiene que ver con el sistema de infoentretenimiento R-LINK 2 con pantalla táctil central de 8,7″, que ahora cuenta con Apple CarPlay y Android Auto, así como con el navegador, la aplicación WAZE y la app My Renault para gestionar el vehículo en modo remoto desde el teléfono móvil.
Por lo demás todo sigue igual, por lo que la berlina francesa y su versión familiar Sport Tourer siguen incorporando instrumentación digital, el selector de modos de conducción MultiSense con cinco programas diferentes, faros delanteros y traseros de led, faros antiniebla de led, el equipo de sonido Bose, radio digital de serie y una completa dotación de sistemas de asistencia a la conducción, como el regulador de velocidad adaptativo o la alerta de detección de fatiga.
Lo más interesante de la actualización, por tanto, se esconde bajo el capó. A partir de ahora, el Renault Talisman se ofrece con el motor de gasolina TCe 225 EDC FAP y con el nuevo diésel Blue dCi 160 EDC y 200 EDC, que incorpora tecnología anticontaminación SCR con Adblue para reducir las emisiones contaminantes. Las versiones de acceso de la berlina francesa podrán montar el motor Blue dCi 120 EDC y 150 EDC.
En la toma de contacto solo tuvimos oportunidad de conducir un modelo equipado con el propulsor de gasolina 1.8 de 225 CV, el mismo que utilizan los Alpine A110 y Mégane R.S., pero con menos potencia; este bloque también está disponible en el Espace, que, como hemos dicho, también aprovecha esta actualización para introducir el FAP -filtro de partículas- y contener las cifras de consumo y emisiones, cumpliendo así con el protocolo WLTP. En los dos modelos, este motor turbo de cuatro cilindros se asocia a un cambio automático EDC de siete velocidades y a la tracción delantera.
Más ágil y potente
Aunque el tramo por el que trascurrió la prueba tenía muchos kilómetros de zonas urbanas, comprobamos que el nuevo bloque TCe mueve al Talisman con mucha soltura. Los 225 CV y 300 Nm de par máximo ya eran más que suficientes en el Espace, por lo que, en esta berlina, que pesa menos que el monovolumen de siete plazas –1.485 kg– y tiene mejor aerodinámica, la agilidad y las buenas prestaciones están garantizadas.
Y es que el Talisman TCe 225 acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y alcanza 240 km/h de velocidad máxima, por lo que es la versión más rápida de la gama. Los 300 Nm de par están disponibles desde muy abajo -1.750 rpm-, lo cual resulta bastante agradable a la hora de conducir en ciudad, si bien, con el modo Sport activado, hay que ser cuidadosos con el pie derecho, puesto que al arrancar es fácil perder motricidad en el eje delantero; con el resto de modos de conducción, no hay nada de que temer, ya que actúa sobre el acelerador y el cambio para suavizar su respuesta.
La transmisión es rápida en cualquier situación y tiene un funcionamiento muy agradable, con transiciones casi imperceptibles entre marcha y marcha, pero Renault no ha incluido unas levas del cambio detrás del volante para cambiar en modo manual. Por otro lado, la marca del rombo sigue apostando por el sistema 4Control con cuatro ruedas directrices y en un modelo que mide 4,85 m de largo se agradece, sobre todo cuando toca maniobrar en espacios reducidos, aunque también se nota en carreteras de curvas, si bien la dirección está muy asistida.
Rápido, pero no deportivo
Como sus antepasados, los Safrane o Vel Satis, el Talisman también está enfocado al confort y deja la deportividad a un lado, olvidándose de las levas del cambio y de una dirección un punto menos ligera en favor de unos cómodos asientos con masaje, el sistema de sonido Bose o los 515 litros de capacidad del maletero. Con todo, el francés es más rápido que nunca y, en materia de comodidad y refinamiento, es difícil ponerle una pega, ya que el motor es sigiloso, no vibra absolutamente nada y el interior está perfectamente insonorizado y equipado.
Bien es cierto que, con un gasto medio de 7,2 l/100 km, consume más que su predecesor, el 2.0 TCe de 200 CV, pero, en buena medida, se debe al ciclo de homologación, ya que el consumo medio en condiciones reales es ligeramente inferior -en la prueba obtuvimos una media de 8,1 l/100 km en un recorrido mixto-.
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