Audi RS 5 Sportback

Al volante del Audi RS 5 Sportback: brutal y práctico a partes iguales

Imagina que tienes dinero y que quieres una berlina deportiva que corra como un demonio y que te sirva para viajar con tu familia. El Audi RS 5 Sportback es la respuesta a tus deseos.

Se me acumulan las palabras intentando teclearlas con mis dedos. Porque hablar del Audi RS 5 Sportback no es fácil. No lo es porque hay mucho que contar y mucho que admirar. También, obviamente, mucho que pagar si quieres conducir uno y encima configurarlo de manera atómica, como es el caso de la unidad que tengo entre manos.

El Audi RS 5 Sportback es como sabrás la versión de cinco puertas del RS 5 Coupé, que a su vez es la versión coupé del RS 4 Avant. Versiones de versiones que al final brillan un poco de la misma manera. La estilosa carrocería del Audi A5 Sportback queda particularmente musculosa con el traje RS. El color Gris Nardo le queda ‘niquelao’ pero es que ojo, es la tonalidad gratuita en la paleta de colores del RS 5 Sportback.

Audi RS 5 Sportback

El coche es largo, ancho, bajo… luce una planta muy bestia sin ser macarra. Abre la puerta y encontrarás un interior con Alcantara por todos lados, aunque es justo decir que la mayoría de la misma se paga aparte. Y las calidades… buffff, está tan bien hecho que es imposible sacarle pegas. El tacto de todo, particularmente del volante, te traslada a casi un estado de placer cuando lo tocas. Y con mandos mecánicos y con un sistema multimedia rápido e intuitivo. Este habitáculo es de diez.

Bajo el capó hay una mecánica 2.9 V6 biturbo que despierta al toque del botón correspondiente. Suena gordísimo, tenso y desencadenado. Hay 450 CV de potencia y 600 Nm de par que ponen a prueba a una transmisión de convertidor de par y ocho velocidades.

Audi RS 5 Sportback

Cómo corre, la madre que me parió. Particularmente en la segunda mitad del cuentavueltas, devora terreno con con tal poderío que casi te parecen pocos los 450 CV que anuncia. El motor es una delicia. Absoluta. La entrega de potencia es típicamente turbo pero al mismo tiempo muy instantánea.

En cuanto al chasis, a ver, hablamos de una berlina de 4,78 metros de largo y algo más de 1.800 kg en orden de marcha. Una liebre recortando perseguida por un perro obviamente no es, pero es un automóvil tremendamente ágil si atendemos a su naturaleza, en parte por la maravillosa dirección.

Audi RS 5 Sportback

Es conveniente decir que esta unidad equipa el paquete Dynamic RS, que incluye amortiguadores adaptativos, diferencial trasero deportivo, dirección dinámica, tren de rodaje RS y aumento de la limitación de velocidad hasta los 280 km/h. Seré honesto, no he probado ni un RS 4 ni un RS 5 sin este paquete, pero dado cómo funciona con él, creo que hay que ponerlo. Pagando 8.240 euros, es lo malo.

En menos de dos vueltas de volante tienes todo y la precisión de guiado, quizá adornada por la Alcantara del volante, es elevadísima. Incluso hay comunicación a través del aro del volante. La suspensión anula casi cualquier cabeceo y mantiene un gran aplomo en las cuatro ruedas, si bien es cierto que con tanta llanta y tan poco perfil de goma a veces tienes la sensación de que te pierdes cosas.

Audi RS 5 Sportback
Audi RS 5 Sportback
Audi RS 5 Sportback

En 3,9 segundos se planta en 100 km/h desde parado, aunque yo diría que lo más emotivo es cómo gana velocidad a partir de ahí, tragándose marchas mientras atronas la carretera por la que circules.

No sólo corre vergonzosamente sino que hila curvas con precisión y gallardía. Llegas a disfrutarlo mucho con todo bajo control, aprovechando el buen par abajo y la brutal motricidad. Realmente que un coche de estas características transmita sensaciones de deportivo es muy difícil, pero aquí las hay. Y eso que no hablamos de la versión Competition, que está aún más focalizada en ello.

Audi RS 5 Sportback

También te regocijas configurando sus modos de conducción, cuyos parámetros son modificables de forma individual y donde, además, encuentras alteraciones perceptibles cuando alternas entre los diferentes ajustes, lo cual no en todos los modelos sucede.

Colma las expectativas de un entusiasta de los deportivos y, además, es perfectamente utilizable en el día a día y también a la hora de irte de vacaciones. Hay plazas traseras muy decentes (algo justas por altura, lo único), 430 litros de maletero (quizá no demasiados pero de formas muy aprovechables) y un motor que si llevas tranquilo puedes tenerlo contento con unos 12,0 L/100 km, que no está mal teniendo en cuenta del bicho del que hablamos.

Audi RS 5 Sportback

Por supuesto hay cosas mejorables, como una visibilidad desde el interior algo comprometida en determinados puntos o como un tacto de freno al que, al menos yo, no le acabé de coger el punto al 100%. Esta unidad lleva los carbocerámicos opcionales (8.380 euros) y de los que, aquí sí, quizá yo prescindiría porque los de serie deben ser ya suficientes.

Todo esto se llama 116.320 euros, extras aparte. Extras que pondrás, créeme, porque hay muchos y muy jugosos. Pero para encontrar algo parecido en términos de satisfacción tienes que irte a un BMW M3, que a fin de cuentas es más caro aún, pues sale desde 117.850 euros.

Audi RS 5 Sportback

¿Me lo compraría? Sin duda. No si únicamente quisiese un deportivo, pero sí si quisiese un deportivo que me permitiera no disponer de segundo coche. Esto es una maravilla de la técnica, simple y llanamente.

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