Siempre he tenido mucho cariño al Audi TT. 1998 fue un buen año, pasaron muchas cosas que ahora me gustan, también el nacimiento de este modelo. Y se da la circunstancia de que el Audi TT que llegó al mercado en 1998 difería muy poquito del prototipo presentado meses antes, lo cual ya de por sí es inédito.
Bien, pues 25 años después, concretamente en noviembre de 2023, salió de la factoría húngara de Audi el último Audi TT. Fue una versión Last Edition, de las que sólo se han construido 25 unidades (por los 25 años). Y tenemos durante algunos días una de ellas.
El Audi TT Last Edition, o the lasTT, es en esencia un Audi TT normal pero equipado hasta las trancas y con algunos elementos decorativos propios. Lleva el motor 2.0 TFSI de 245 CV y 370 Nm de par asociado a la transmisión S-Tronic de siete velocidades y con tracción total.
Costaba 72.800 euros y hablo en pasado porque como te puedes imaginar, las 25 unidades ya volaron. En ese precio venía con un exclusivo reloj de muñeca Audi Sport y con una carcasa de fibra de carbono para la llave.
La unidad de la que disponemos va pintada en el precioso Azul Nogaro de la marca alemana, aunque también pudo encargarse en blanco o en rojo, siempre en combinación con detalles en negro, color que también lucen las llantas de 20″ específicas. Dime que no en el apartado estético no lo peta…
De hecho siempre ha sido así a lo largo de su historia, desde ese compacto y redondito coupé de 1998 hasta el día de hoy, cuya tercera y última generación fue presentada en el Salón de Detroit de 2014 para llegar al mercado a finales de ese mismo año.
Es un automóvil muy veterano en consecuencia, pero para mí eso es bueno porque es menos complicado hacerse a él. No hay cosas táctiles y ni siquiera hay pantalla central, la cual se traslada en su totalidad al cuadro de mandos sin que eso signifique no sea completa. Esto despeja el campo de visión del conductor, positivo de cara a la conducción.
Tampoco tiene los modernos y casi siempre molestos asistentes a la conducción, pero sí equipamiento de alta tecnología como los faros Matrix Led.
Respecto al motor, no es ni de lejos tan épico como el 2.5 TFSI que propulsaba al TT RS, pero sí corre mucho, no en vano acelera de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos. Y no gasta mucho; 7,6 L/100 km que en la práctica es fácil mantener en ‘ocho largos o nueve bajos’.
Para mí resulta incluso práctico para dos personas. Delante es cómodo y relativamente espacioso, mientras que las plazas traseras son poco utilizables, pero abatiendo los asientos te queda una superficie plana que mejora los ya de por sí bastante buenos 305 litros de capacidad que hay en el maletero. Ah, y todo con unas calidades excepcionales, mires donde mires.
Lo cierto es que el coche me encanta, me lo quedaba tal cual. Va muy bien además, pues en esta tercera y última generación se refinó mucho el apartado dinámico, pasando del quizá algo insípido comportamiento de las dos anteriores generaciones a uno más vivo, dinámico y sobre todo efectivo.
No es ‘morrón’, la dirección es una delicia y notas una participación activa del tren trasero. Es una verdadera lástima que esto no tenga sucesor. Estamos en un mercado que ha aniquilado el hueco que tenían esta clase de coches, por lo que números en mano a las marcas que no son específicamente de deportivos puede que ya no les compense invertir en su desarrollo. Siempre nos quedará su grato recuerdo.
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