Apareció en 1988 y, tras 27 años y tres generaciones a la venta, el Suzuki Vitara 2015 era uno de los TT con más historia. Y decimos ´era´ porque el Suzuki Vitara ya no es un TT: la cuarta generación del modelo se ha convertido en un pequeño todo camino de 4,17 metros de largo que pretende competir contra los exitosos Nissan Juke, Renault Captur, Opel Mokka ¿cuáles son sus argumentos para ello?
Desde luego a simple vista, la carrocería de cinco puertas y 4,17 metros de largo del Suzuki Vitara 2015 resulta más angulosa y tiene una imagen algo más seria que la de los Renault Captur o Nissan Juke. Aún así, cuenta con detalles muy modernos como una gama de colores muy amplia -hay 14 tonalidades diferentes-; la posibilidad de elegir la parrilla frontal en colores blanco o negro?
En cuanto al interior, tiene un aspecto sencillo, y no demasiado lujoso: está acabado en plásticos duros y no muy vistosos. A cambio, el salpicadero del Suzuki Vitara 2015 cuenta con pocos mandos y están bien ubicados -el manejo de la pantalla táctil de la consola central es complejo debido al pequeño tamaño de los menús-; hay bastantes huecos portaobjetos y la postura de conducción es elevada y por espacio en las plazas traseras es uno de los mejores SUV de su categoría para transportar tres ocupantes. No obstante, para ser perfecto debería equipar la banqueta trasera deslizante que si incorpora el Renault Captur. En cuanto al maletero, gracias a su doble fondo y sus 375 litros de de capacidad supera a la mayoría de sus rivales. Eso sí, una rueda de repuesto convencional en vez de un kit reparapinchazos no estaría mal.
En cuanto al motor diésel 1.6 de 120 CV de procedencia Fiat -el mismo que emplea el SX4 S-Cross– destaca por su reducido consumo: durante nuestra prueba el consumo medio fue de 5,5 litros; una cifra excelente que se consigue gracias al Stop/Start y a que su preciso cambio manual de seis velocidades cuenta con una sexta marcha algo larga para ahorrar el consumo -a 1.000 rpm circula a 57 km/h- . En marcha, la versión de tracción delantera del Vitara -en opción por 1.800 euros puede equipar el sistema de tracción total All Grip-, resulta agradable de conducir gracias a la buena buena puesta a punto de su suspensión: consigue contener el balanceo de la carrocería y hacer del Vitara un coche muy estable en situaciones al límite y, además, filtra con mucha eficacia las irregularidades del asfalto.
En cuanto a la terminación GLX de nuestra prueba, cuesta 1.800 euros más cara que el acabado intermedio GLE -incluye climatizador, cámara de visión trasera y control de velocidad-, frente al que añade iluminación de leds para las cortas, acceso y arranque manos libres y asientos calefactados. Si tu presupuesto es ajustado, el la terminación intermedia es la más recomendable. Puedes consultar aquí todos los precios del Suzuki Vitara.