Es justo reconocer que cuando la Volkswagen ID. Buzz fue presentada generó mogollón de comentarios positivos. No es para menos, a mi modo de ver, es una de las reinterpretaciones retro mejor cuajadas. Se inspira en la VW Tipo 2 de 1949 replicando algunas cosas como la ubicación y tamaño de su emblema frontal o la pintura a dos tonos con la parte superior blanca y la inferior de tonos muy vintage.
Erigida sobre la plataforma MEB del Grupo VW para vehículos eléctricos, la ID. Buzz mide 4,71 metros de largo, 1,98 metros de ancho y 1,93 metros de alto. Alberga cinco plazas (no hay opción de siete en esta carrocería) y presume de un enorme maletero de 1.121 litros de capacidad bajo el cual se ubica el motor, de 204 CV de potencia y 310 Nm de par.

La batería, como es normal extendida en la batalla del vehículo, ofrece 82 kWh de capacidad bruta, de los cuales 77 kWh son los utilizables. La ID. Buzz con acabado Pro (por debajo hay uno que se llama Origin) homologa 21 kWh/100 km de consumo medio y una autonomía oficial de 415 km.
Es aquí donde yo empiezo a verle lagunas a la ID. Buzz, un automóvil de carrocería a priori idónea para viajar pero con una autonomía muy cuestionable, puesto que en carretera todos sabemos que ni se acercará a la cifra homologada. Pero bueno, eso luego lo veremos en la segunda parte de la prueba, en la que analizaremos ese consumo y esa autonomía en uso real.

Por dentro, francamente, mola. No es que derroche calidad y refinamiento pero sus acabados son aceptables. Mucho plástico duro, eso sí, aunque al mismo tiempo una postura de conducción bastante agradable, mucho hueco portaobjetos y una amplitud tremenda. Incluso colocando una voluminosa silla infantil a contramarcha en la parte trasera, la plaza delantera es plenamente utilizable para cualquier talla.
Hay unas cuantas cosas mejorables, no obstante, como el lioso y algo lento software de la pantalla central y, sobre todo, el abuso de elementos táctiles. Los botones que hay bajo dicha pantalla y hasta los que se ubican en los radios del volante lo son, lo que incomoda su manejo. Supongo que para el fabricante será más fácil y barato colocar este tipo de mandos en lugar de los mecánicos de toda la vida, pero son francamente horribles. En este vehículo y en cualquier otro que los equipe, me da igual la marca.

En fin, que tanto por estética como de puertas adentro, la Volkswagen ID. Buzz me gusta, salvo porque no tiene botones y mandos físicos. Por cierto, su precio parte de 55.575 euros. Yo creo que ahora lo que toca es probarla a ver qué tal va, ¿no? (segunda parte de la prueba en construcción).
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