El grupo automovilístico PSA Peugeot Citroën se convierte en el primero en probar la tecnología de los coches autónomos en nuestro país con uno de sus modelos, algo que se aprobó con una ley el pasado 16 de noviembre por parte de la DGT, que estableció un marco legal para la realización de pruebas en carreteras abiertas. Así, el vehículo francés ha ido desde el centro de producción que PSA posee en Vigo hasta el de Madrid, completando aproximadamente un recorrido de 600 km.
El escogido ha sido un prototipo del Citroën C4 Grand Picasso, que colabora activamente en el desarrollo y la popularización de esta tecnología con las administraciones europeas. De esta forma, el grupo pretende incorporar en sus vehículos en 2018 adelantos que liberen al conductor de ciertas funciones, permitiendo una conducción totalmente autónoma en el año 2020. Para ello, han hecho una inversión en I+D+i de unos 1.810 millones de euros con el objetivo final de reducir la fatiga al volante y disminuir los accidentes por errores humanos.
Para hacer realidad este viaje ha sido necesaria la utilización de avances como un sistema de navegación GPS por satélite –respeta los límites de velocidad y calcula la ruta a seguir-, radares delanteros y traseros de 77 GHz y láseres escáner –recogen datos sobre distancia y velocidad de otros vehículos-, cámaras digitales –proporcionan información sobre obstáculos cercanos- y una centralita de guiado electrónico –el ´cerebro´ que hace de conductor, manejando acelerador, frenos y dirección-.
Indudablemente, algo que veíamos como un futuro lejano está cada vez más cerca, convirtiéndose España en uno de los 5 primeros países europeos que permite este tipo de circulación y siendo pionero en el que puede ser el estreno tecnológico más importante de la década, al menos en el sector automovilístico.
