Durante el año 2024, los radares de velocidad instalados en las calles y vías de Madrid no han parado de captar infracciones. De hecho, según un informe elaborado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), se registraron más de 475.000 denuncias por superar los límites de velocidad, lo que se tradujo en una recaudación total que roza los 52 millones de euros. Si se traduce en tiempo, equivale a cerca de 6.000 euros por hora ingresados por este concepto.
El informe revela una ligera disminución respecto al año anterior: en 2023 se tramitaron un 8,3% más de denuncias. Aun así, la cifra actual sigue siendo elevada y muestra cómo el control automático de la velocidad sigue siendo uno de los pilares de la política de seguridad vial en la capital.

El límite de 70 km/h, el más ignorado
Uno de los datos más llamativos del estudio es que la mayoría de los excesos de velocidad —en torno al 58%— se produjeron en tramos donde el límite está establecido en 70 km/h. Esta velocidad es habitual en los túneles de la M-30 y en la A-5, especialmente en el radar de tramo situado en esta última vía. Curiosamente, los conductores tienden a incumplir más al abandonar Madrid (32.082 denuncias) que al entrar en la ciudad (21.821), según recoge AEA.
Este comportamiento refuerza la idea de que, al finalizar un trayecto, muchos conductores relajan la atención a los límites de velocidad o creen erróneamente que ya no están siendo vigilados.
Infracciones leves, pero constantes
A pesar del volumen de denuncias, el informe aclara que en su mayoría se trata de excesos mínimos. En torno al 83% de los casos son sancionados con la multa más baja, de 100 euros, al superar ligeramente el límite sin llegar a velocidades que impliquen una sanción más severa o la pérdida de puntos del carné.
Este tipo de infracciones, aunque de menor gravedad individual, se repiten de forma masiva, lo que explica el elevado volumen de ingresos generados por los radares.

¿Dónde se multa más?
El radar más activo durante 2024 fue el del kilómetro 4,150 de la M-30, situado en el túnel de la Avenida de Portugal, en sentido entrada a Madrid. Solo ese dispositivo generó casi 54.000 denuncias. Le siguen de cerca los radares de tramo de la A-5 (Batán) y el nuevo radar de Sinesio Delgado, operativo desde enero del año pasado.
Los datos también reflejan un notable incremento de actividad en otros dispositivos situados en el Paseo de Santa María de la Cabeza y en el km 10,300 de la M-30, lo que indica un aumento del control en zonas más periféricas o tradicionalmente menos vigiladas.
Menos denuncias por las obras y la justicia
Pese al volumen de multas, AEA detecta una caída del 6% en el número de denuncias en la M-30 respecto al año anterior. Esto se debe, en parte, a que varios radares estuvieron fuera de servicio por las obras de remodelación de la vía. Además, las múltiples sentencias judiciales que obligaron al Ayuntamiento a revisar el funcionamiento de estos equipos también han tenido un impacto directo.
Desaparecen las “multas trampa”
Uno de los puntos positivos es la fuerte reducción —de más del 400%— en las multas impuestas por superar los 30 km/h en vías sin señalización adecuada. Estas sanciones, muy polémicas, habían sido anuladas anteriormente por los tribunales en calles como la Avenida de Entrevías o la Avenida Machupichu, y su desaparición responde a las denuncias y presión jurídica ejercida por AEA.
El exceso más grave detectado por los radares en 2024 fue el de un conductor que, a medianoche en marzo, circulaba a 160 km/h por la M-30, donde el límite era de 90 km/h.
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