Según la consultora MSI, en España hay 2.135.976 turismos y 4×4 de gasolina con más de 20 años, y 5.184.004 turismos y 4×4 diésel con más de 15 años. Son 7.319.980, un 29,70% del parque automovilístico español (que alcanza los 24.624.352). Es decir, son automóviles que en su gran mayoría no cuentan con etiqueta medioambiental de la DGT. Si vives en Madrid o Barcelona, sabrás que esto supone serios problemas para acceder a las zonas de bajas emisiones, ya que no en muchas circunstancias está restringida su circulación.
Sin embargo, si vives en uno de los 149 municipios con más de 50.000 habitantes que hay en el territorio nacional a día de hoy, a partir de 2023 también te afectará el hecho de que tu coche no cuente con etiqueta de la DGT. Las zonas de bajas emisiones son aquellas en las que se restringirá el tráfico tanto a circulación como acceso o aparcamiento según su distintivo ambiental, siendo preferentes aquellos con 0 emisiones. Aunque en este punto todavía no existe una pauta clara sobre los vehículos particulares que podrán circular.
De momento, la ley de Cambio Climático no prohíbe expresamente la circulación de vehículos sin etiqueta, dejando esa decisión a los diferentes ayuntamientos. De hecho, en el artículo 14 de dicha Ley establece que las restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos se aplicarán “conforme a la clasificación de los vehículos por su nivel de emisiones de acuerdo con lo establecido en el Reglamento General de Vehículos vigente”.
Si tengo un coche viejo, ¿debo preocuparme?
Lo que parece claro es que 2023 es el pistoletazo de salida para que las poblaciones de más de 50.000 habitantes inicien un proceso de descarbonización paulatino para cumplir con las directrices marcadas por la Unión Europea en este sentido.
Las primeras ciudades en instaurar medidas anticontaminación relacionadas con el automóvil fueron Madrid y Barcelona; y lo normal es que el resto de ciudades apliquen criterios parecidos para reducir la contaminación. Por tanto, favorecerán la circulación de coches eléctricos o electrificados… y penalizarán a aquellos que tenga etiqueta B e incluso etiqueta C. Con lo cual, si tienes un coche con motor de gasolina de más de 20 años o un diésel con más de 15 años, tendrás problemas en poco tiempo si vives en una población mediana o grande.
El PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030) persigue una reducción de un 23% de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a 1990. Este objetivo de reducción implica eliminar una de cada tres toneladas de gases de efecto invernadero que se emiten actualmente. Se trata de un esfuerzo coherente con un incremento de la ambición a nivel europeo para 2030, así como con el Acuerdo de París.
El PNIEC «considera necesario reorientar la ponderación de las tasas actuales con criterios basados en la emisión de contaminantes, lo que podría hacerse sobre la base de la Norma Euro o de la etiqueta medioambiental de la Dirección General de Tráfico, penalizando así a los vehículos más antiguos, generadores de más emisiones contaminantes, pero también de mayor consumo y por tanto emisiones de CO2″.
Además, enfatiza el hecho de que «el Ministerio de Hacienda analizará una reforma fiscal verde del sector del automóvil, de manera que las decisiones de compra del consumidor se orienten hacia vehículos de menores emisiones contaminantes y de GEI (gases de efecto invernadero).
En cuanto a las medidas legislativas, el PNIEC recoge que «en coordinación con las Autoridades Locales se promoverá la aplicación de medidas de restricción del tráfico y gestión del aparcamiento en vía pública por parte de los Ayuntamientos de manera que se penalice a los vehículos más antiguos y por tanto de mayor consumo y emisiones contaminantes».
Sobre los automóviles eléctricos, en este Plan se admite que «la electrificación masiva del parque de vehículos solo se conseguirá cuando se alcance la paridad de precio entre vehículos eléctricos y vehículos de combustión. Según estimaciones de los fabricantes, esta paridad se podrá alcanzar hacia el año 2025, debido al descenso esperado en el precio de las baterías. Esta medida sienta la base para que, de acuerdo con la normativa europea, los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos no comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde de 2040 sean vehículos con emisiones de 0 gramos de CO2/km».
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