Cuando vas a comprar un coche de segunda mano, que tenga pocos kilómetros es sin duda una buena señal. Pero no necesariamente tiene que ser un indicativo de que se encuentre en un estado impoluto. Ni siquiera aceptable. Es más, a veces te encuentras sorpresas desagradables, como esta con la que se toparon los profesionales de Needcarhelp en una de sus revisiones.
En este caso, el ‘paciente’ era un BMW M4 Competition del año 2021 ubicado en Alemania, hasta donde se desplazaron para revisarlo por petición de un cliente interesado en la compra del automóvil.
Pues bien, aparentemente el coche se veía genial. Pero fue rascar un poco y…
¿Cómo es el BMW M4 que han revisado?
Se trata de un BMW M4 Competition del año 2021, es decir, estamos hablando de una de las primeras unidades fabricadas de la generación actual. Equipa un fantástico motor 3.0 de seis cilindros en línea y turbo que proporciona 510 CV de potencia y 650 Nm de par, cifras con las que puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos.
También anuncia una velocidad máxima de 250 km/h, la cual está limitada por electrónica, y un consumo medio oficial de 9,8 L/100 km. La caja de cambio es automática de convertidor de par y ocho relaciones.
La carrocería es coupé y mide 4,79 metros de largo. Actualmente, el M4 Competition tiene un precio de 126.276 euros. Esta unidad probablemente costó un poco más, aunque se comprase hace tres años, debido a la configuración que luce.
Tiene 16.000 km, es de 2021… y ha tenido un accidente
Esta clase de coches corren mucho, de modo que de algún modo son más propensos a sufrir accidentes. Fue el caso de esta unidad. Pero bueno, siempre y cuando estén bien reparados… Lo que sucede es que este BMW M4 Competition no es que recibiese precisamente los cuidados pertinentes, sino que fue arreglado de forma muy chapucera.
De hecho, para tener 16.279 km, que en su defensa hay que decir que son reales tal y como comprobaron los técnicos de Needcarhelp, está ‘triturado’. Y tal y como puedes ver en el vídeo, mosquea un poco que haya habido nada menos que 13 personas que hayan conectado su teléfono por Bluetooth. Vamos, que como mínimo ha sido conducido por 13 individuos.
La reparación es una chapuza: «está suelto todo»
Este coche sin duda es un excelente ejemplo de reparación chapucera. Hay masilla en los marcos de las puertas, faltan multitud de grapas de sujeción, las patas delanteras del chasis presentan una reparación muy poco cuidadosa y hasta el guarnecido del techo está doblado debido a que no lo cambiaron tras la detonación de los airbags de cortina.

El interior está cambiado… por uno de segunda mano. Por chasis, a este coche le corresponde un interior de color negro, pero luce uno azul porque ha sido sustituido tras la activación de los airbags del salpicadero y de los asientos. Y además ese interior, bastante usado, no tiene 16.000 km ni de lejos.
Además hay determinadas secuelas producidas por el accidente, como una mala alineación de las ruedas (los neumáticos están comidos por dentro), síntomas del golpe en la cremallera de la dirección o multitud de fallos permanentes memorizados en las centralitas del vehículo. Para colmo, el motor no termina de sonar del todo fino y quienes lo han reparado no han tenido ni el ‘detalle’ de echarle líquido refrigerante.
En fin, un coche maravilloso en un estado desastroso y cuya compra no es recomendable. Ya no sólo es que la mala reparación pueda traducirse en problemas mecánicos futuros, es que el interior está en un estado lamentable, especialmente si tenemos en cuenta que hablamos de un coche que sólo tiene tres años y que es de alta gama, de modo que requiere una inversión importante.
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