Como cada año, a principios del mes de junio tiene lugar en la ciudad de París uno de los torneos de tenis más famosos del mundo. Estamos hablando del Roland-Garros, uno de los cuatro Grand Slam que componen los circuitos masculino y femenino de tenis. Un evento deportivo con una sonada relación con el mundo del automóvil, y más concretamente, con marcas francesas como Peugeot y Renault.
Pero antes de nada, ¿por qué este torneo recibe este nombre? Dicha competición, que empezó en 1927, homenajea a Eugéne Adrien Roland Georges Garros, un piloto de aviación del ejército francés que lucho en la Primera Guerra Mundial. Logró una buena cantidad de victorias antes de ser abatido por la aviación alemana en 1918. Además también fue el primer aviador en cruzar el Mar Mediterráneo sin hacer ningún tipo de escala.

La relación del Roland-Garros con el automóvil comenzó en 1984, cuando Peugeot se convirtió en uno de los patrocinadores y socios principales de esta competición de tenis. De la citada relación salieron modelos especiales, como un Peugeot 205 con ciertos detalles que hacían referencia a este deporte. A partir de 1989, se lanzaron diferentes ediciones con los colores del torneo: verde y marrón en referencia a la tierra batida. En 1993 el 106; en 1995 el 306; en 1997 el 806…
Sin embargo, el éxito de estas ediciones especiales de Peugeot para conmemorar la celebración del Roland-Garros fueron decreciendo en popularidad. Y esto puede verse en las ediciones que salieron a partir de 2009, donde la carrocería acabada en color blanco se complementaba con una insignia cromada. Así, para finales de 2021, la relación entre ambos se dio por finalizada.
Renault se convierte en el nuevo socio del Roland-Garros
En 2022, otra marca francesa, Renault, pasa a ser uno de los principales patrocinadores del torneo y el coche de transporte oficial para los y las tenistas. Dicho acuerdo no sólo contempla la imagen de la marca francesa en la pista de tenis, sino que abarca una edición especial del Renault 5 E-Tech. Con carrocería disponible en cuatro colores, destaca por el logo del certamen junto a un gráfico en forma de ‘cruz de San Andrés’ que emula las formas del estadio en la base de las puertas delanteras. En el interior, los tejidos de los asientos se inspiran en los patrones de las prendas técnicas de tenis.

Así mismo, Renault también se ha centrado en potenciar el uso del coche compartido. Para ello, ofrece a los espectadores del Roland-Garros que compartan su vehículo plazas de aparcamiento exclusivas y visitas guiadas al complejo. Además, la marca del rombo ha puesto en funcionamiento varias lanzaderas autónomas para transportar a los espectadores desde los alrededores de París al estadio.
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