El Dakar es, sin lugar a dudas, la prueba de motor más dura de cuantas se celebran a lo largo de toda la temporada, y como cada año -ya van 37 desde que naciera en 1979- es fiel a su cita invernal? o mejor dicho estival. Sí, porque desde 2009, el raid más duro del planeta se celebra en suelo sudamericano a causa de las amenazas terroristas que asolaban África.
Desde entonces, cinco han sido los pilotos que han conseguido llevarse la victoria final, destacando nuestros dos principales representantes: Carlos Sainz y Nani Roma. El madrileño lo logró en 2010 mientras que el catalán hizo lo propio el año pasado. Por ello, el objetivo de este año no es otro que seguir la estela de Stephane Peterhansel, el único capaz de repetir victoria -2012 y 2013-, y convertirse en toda una leyenda del automovilismo nacional.
Para ello, ambos han seguido caminos muy distintos. Roma sigue fiel a su Mini ALL4 Racing del equipo X-Raid –al que llegó en 2012- y con el que ha logrado 11 victorias de etapa y dos podios –un segundo puesto en 2012 y la victoria del pasado año-. Mientras, Sainz seguirá pilotando un buggy aunque, de nuevo, con un equipo diferente –el tercero en tres años-, concretamente en Peugeot, marca que retorna a la competición tras 25 años de ausencia. Lo hará con el 2008 DKR, con Lucas Cruz como copiloto, y Cyril Despres y el propio Peterhansel como compañeros de escudería.

En cualquier caso, sus vistas están puestas en colocar un segundo Dakar en su vitrina de trofeos el próximo 17 de enero, cuando la caravana llegue a Buenos Aires, ciudad en la que comienza y termina este Dakar. Sí, porque esta edición del rally vuelve a sus orígenes y presenta un recorrido circular con comienzo y final en la capital argentina. Entre medias, 13 etapas y 9.111 km –de los cuales 4.578 km serán cronometrados- a través de otros dos países: Chile –con cinco etapas- y Bolivia –que este año, pese a tener también una etapa, sí da la bienvenida a los coches y camiones-.
El resto de novedades de esta edición: no habrá asistencia en las etapas maratón; las motos y los quads descansarán en días distintos a los coches y camiones; y en la octava etapa cada categoría tendrá un recorrido diferente. En total, 567 vehículos –de los cuales 140 son coches- ya han partido del puerto francés de Le Havre rumbo a Buenos Aires con un único objetivo: acabar.