Hace unos días publicamos en esta entrada la prueba completa del Seres 3 Luxury. En ella te contamos todo lo que debes saber del coche. Y, en esta otra, nos centramos más en el apartado de interior. Sin embargo, en esta ocasión nos vamos a centrar en el apartado dinámico.


Para ello, lo primero es contar que este Seres 3 cuenta con un motor eléctrico de 163 CV y 300 Nm de par colocado en la parte delantera. Tiene, por tanto, tracción delantera, la mejor solución para un modelo con esa disposición. Lleva una batería de 54 kWh colocada en posición central, la mejor solución desde el punto del reparto de pesos y del espacio, que puede recargarse a un máximo de 11 kW en corriente alterna y de 100 kW en corriente continua.
En el primer caso, se necesitan unas cinco horas para cargarla por completo en una toma de 11 kW, o 17 horas en una de 3,7 kWh, que suelen ser las más sencillas. En el segundo, en menos de media hora se alcanzaría el 80% de la carga. Homologa una autonomía de 331 kilómetros. A nosotros nos ha costado superar los 300 kilómetros, con una pérdida de eficiencia especialmente notable cuando se sale a carretera (algo que, por otra parte, es habitual en los eléctricos). Por este motivo, y si un eléctrico ya es de por sí interesante principalmente en ciudad, en el caso de este Seres 3, más todavía.

Con todo, este Seres 3 acelera de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos. Hay que tener en cuenta que el Seres 3 tiene un peso de 1.840 kilos, un dato razonable para un eléctrico de este tipo y tamaño. No es una cifra espectacular, pero sí da una idea de que este Seres 3 se mueve con una agilidad más que suficiente tanto en ciudad como en carretera. Nos ha dado la impresión de que, conforme la batería se va descargando, la respuesta va decayendo también de forma más notable que en otros eléctricos, y da igual que utilices un modo de conducción u otro para tratar de evitarlo (hay tres: Eco, Normal y Sport).
En carretera, el coche resulta cómodo, tiene un tacto de dirección normal para un eléctrico y la suspensión, aunque tiene unos tarados más bien suaves, hace su trabajo con una razonable eficacia, pues el coche no balancea en exceso ni tiene unas reacciones especialmente torpes.


Ahora bien, si te compras este coche, hay una cosa que debes hacer imperiosamente: cámbiale los neumáticos. Nuestra unidad equipaba unos Chao Yang SU318 H/T. Lo de ‘chao’ le viene que ni al pelo: son ideales para decirle adiós a este mundo en cualquier momento. Nunca los había probado. El día que me fui a hacer las pruebas por carretera de este coche, había llovido pocas horas antes y las carreteras tenían zonas mojadas y zonas secas.
Esto es un SUV. Eléctrico. Así que no es un coche para ir de carreras, ni mucho menos. Pero siempre me gusta forzar un poco la situación para ver cómo reacciona cada coche. Y empezar a trazar una curva en seco sin grandes problemas para notar cómo el coche se ‘espanta’ con brusquedad de la raya del medio en cuanto tocaba la zona húmeda, es más que suficiente para saber que las normas de homologación de lo que se vende en Europa deberían ser más exigentes.
Y eso que Chao Yang pertenece también al grupo que fabrica West Lake, Goodride y Trazano, y eso le convierte en uno de los principales fabricantes chinos y uno de los 10 más grandes a nivel mundial. Madre mía. Y luego dudamos si nos vamos a extinguir…


Llámame masoca, pero decidí forzar un poco el ritmo para ver si había sido algo circunstancial. No era así. Si apuraba un poco la frenada, o si aceleraba sin contemplaciones a la salida de una curva, los neumáticos se saturaban más que el dueño de un bar de un pueblo perdido de España al que, de repente, le llegan cinco autobuses de impacientes jubilados. Y sí, paso por estas carreteras con todos los coches de pruebas, así que las recorro al menos un par de veces por semana y puedo asegurar que no era cuestión del asfalto.
Michelin, Goodyear, Pirelli, Dunlop, Continental, Hankook, Bridgestone… ¿Te suenan? Seguro que sí. Pues ya te digo que, con cualquiera de ellos, la ganancia que va a experimentar tu Seres 3 va a ser abismal, sobre todo en mojado. Y no te lo tomes a broma, que 1.840 kilos son muchos kilos para sujetarlos ante un giro inesperado o una frenada imprevista.
Amo mucho mi vida, así que tampoco forcé la situación mucho más. Sin embargo, y para nueva sorpresa, fue suficiente como para notar que los frenos desfallecían de una forma particularmente rápida, algo que me invita a pensar que también harían falta unos discos de mayor tamaño, al menos en el eje delantero. Dudo mucho que quien se compre este coche vaya a rodar a un ritmo como para fatigar los frenos, pero la vena periodística me lleva a contarlo, aunque nadie vaya a tener mayor problema.
Sea como fuere, todos estos detalles, unidos a la autonomía, me llevan a indicar que este Seres 3 es un coche especialmente indicado para ciudad desde el punto de vista dinámico. Si los eléctricos en general tienen en la ciudad su hábitat natural, en el caso de este Seres 3, más todavía. Además, en ese tipo de desplazamientos te vas a encontrar con un coche cómodo, fácil de conducir, no excesivamente grande para callejear o aparcar y, además, con una visibilidad razonablemente buena.
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