El SsangYong Tivoli es uno de los coches que actualmente se venden más veteranos. Porque data de 2015 y en estos nueve años ha recibido unas cuantas evoluciones, aunque ninguna de verdadera envergadura. Han cambiado equipamientos, motorizaciones… pero no ha habido un cambio de generación, por ejemplo.
Y eso se aprecia muy rápidamente. Pocos coches quedan hoy en día con faros halógenos, por ejemplo. O sin regulación longitudinal en el volante. O con una pantalla central que se ha quedado algunos años atrás. Pero mira una cosa: 17.900 euros.
En realidad eso cuesta el Tivoli con terminación Line. La unidad que tengo ahora mismo entre manos lleva el equipamiento Urban Plus (por encima hay un Limited pero sólo asociable al motor más poderoso), que añade la mencionada pantalla de 8″, Android Auto y Apple CarPlay (con cable), volante de cuero, cámara trasera, llantas de aluminio de 16″, maletero con doble fondo o climatizador bizona. Sale por 2.000 euros más, es decir, 19.900 euros.
Ese climatizador, por cierto, tiene ahora un engorroso panel táctil que incomoda mucho su uso respecto a antes, cuando el Tivoli tenía botones de verdad. Pero bueno…
En cuanto a calidades, no hay nada para tirar cohetes, aunque tampoco se ve cutre o mal hecho. Se siente como lo que es, un coche económico pero hecho con un mínimo de esmero. Y recuerda, 17.900 euros. Sólo el MG ZS, que es un modelo un poco más grande que quizá luche en un segmento más arriba, es algunos cientos de euros más barato.
No esperes mucho espacio interior, eso sí, lo cual también es producto de que sea un modelo algo desfasado. Detrás dos niños viajan de sobra, pero los 427 litros de maletero, de formas además un tanto irregulares, se hacen algo cortos.
Pero bueno, aunque el mercado cuente con numerosas opciones mejores, ninguna puede presumir de costar lo que cuesta este Tivoli. Además ahora puedes añadirle, por poco dinero, algunos detallitos que lo personalizan, como bandas adhesivas en el capó y techo (entre 75 y 150 euros) o un techo que puedes pintar en otro color o pedir que luzca un tablero de ajedrez (375 euros en ambos casos). No sé, yo creo que en un mercado como el nuestro, esta clase de coches tienen hueco. Vamos a conducirlo…
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