Si el coche eléctrico fuera tan convincente, sería de esperar que nunca nadie regresara a la propulsión «convencional» después de probar uno. Sin embargo, esta información de la página norteamericana Edmunds abre con el siguiente titular: «Más de la mitad de los Tesla están siendo intercambiados por coches de gasolina.»
En el cuerpo de la noticia, Edmunds abunda en la información: «más de la mitad de los Tesla intercambiados en concesionarios hasta ahora en 2024 fueron cambiados por un vehículo de gasolina».
Más adelante, Edmunds matiza que, sorprendentemente, la tendencia no es al rechazo de los eléctricos, sino a su aceptación, aclarando: «Esto representa un gran cambio respecto a la situación de hace cinco años y sugiere algunas tendencias significativas. En 2019, un asombroso 71 % de los Tesla fueron intercambiados por coches de gasolina; sólo el 10 % se intercambiaron por otro vehículo eléctrico».
En esta tabla puedes ver la evolución de los datos recopilados por Edmunds en relación a la tendencia de los compradores a la hora de cambiar sus vehículos Tesla:
¿Qué hacen los dueños de un Tesla cuando cambian de coche?
Podríamos admitir la versión de Edmunds… sin embargo, su estadística está terriblemente sesgada. Y es que el diablo está en los detalles. Vaya por delante que las cifras de Edmunds son, seguramente, correctas. El problema, es que son parciales.
La clave es que las cifras de Edmunds sólo afectan a concesionarios. Se da la circunstancia de que Tesla no tiene concesionarios. Ni Rivian, Lucid, VinFast y otras marcas de coches eléctricos de nuevo cuño. De esta manera, esta estadística ignora a todos aquellos Tesla que se cambian por otro Tesla o por otro eléctrico de esas marcas… lo cual resta al titular bastante espectacularidad.
La cifra de los que hacen lo primero (seguir con Tesla) es bastante relevante. Según datos de S&P Global Mobility Trends, que emplea datos de cambios de titularidad de los coches y no de transacciones en concesionarios, el 70 % de los propietarios de un Tesla lo cambian por otro Tesla. Del 30 % restante, otro 11 % lo cambia por un eléctrico de otra marca, principalmente Rivian. Y del restante, un 13 % se deshace de su Tesla por un coche de gasolina «puro», optando un 4 % por híbridos de gasolina, un 2 % por híbridos enchufables (PHEV) y un 1 % por diésel.
¿Qué nos enseñan las cifras de Edmunds?
Aunque el titular de Edmunds resultaba un poco engañoso, hay unas cuantas lecciones que podemos extraer de unos datos que, aunque matizables, estamos seguros que no dejan de ser correctos.
La primera lección es que los datos están mejorando. La propia Edmunds lo reconoce: en 2019, de aquellos que entregaban un Tesla, sólo el 10 % se compraban otro eléctrico. también según S&P, esas transacciones ocurrían, sobre todo, en concesionarios de BMW y Mercedes.
El cambio que se ha producido es que, por fin, las marcas convencionales comienzan a tener una oferta de modelos eléctricos con características comparables a las de un Tesla, de manera que ese porcentaje prácticamente se está cuadruplicando (hay que tener en cuenta que, obviamente, los datos de 2024 no abarcan todo el año, pero la tendencia sugiere que, con un crecimiento del 8 % anual, podría acabar 2024 con un 36 % en lugar del 32 %).
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